Estimado(s) Tiberio(s): Estoy de acuerdo con Ud. en que nos encontramos en las calles con más suciedad de la que nos gustaría, y que el Ayuntamiento debe de ser más eficaz en la exigencia tanto a los ciudadanos, (a "esos" POCOS, porque son unos pocos, que no tienen muy claro qué es la convivencia), para que no hagan en la calle lo que no están dispuestos a hacer en su casa como escupir o mear en su piso o dejar esos regalos que dejan en el suelo (el perro y su propietario) o la basura tirada. También debe de exigir a los servicios o empresas "responsables" de la limpieza que cumplan con el contrato que tienen con "nuestro" Ayuntamiento.
También estoy de acuerdo en que ciudadanos como Ud. denuncien estos hechos pero, ¡hay Tiberio!, la forma en que, en esta ocasión, lo ha hecho más que oler a orines tiene un cierto tufillo a demagogia racista, y que conste que no le niego que los "hechos" que describe no hayan sido como Ud. dice pero particulariza demasiado en cuanto a que (por lo que parece) sólo culpa a ciudadanos (como Ud. dice) de "otras costumbres" y de "otros países" de cultura diferente a la nuestra. Le expondré varios casos vividos por mí y seguro que por otros ciudadanos.
Mi casa es céntrica y tiene un porche, de vez en cuando nos encontramos por la mañana meadas y vómitos en el porche, hace poco, una noche (sobre las 2 h. de la madrugada) me encontré a una joven meando en el porche, acompañada de un muchacho, ambos de tez blanca y con domicilio en Tudela, después de recriminarles su actuación les dije que iba a acompañarles hasta llegar a su casa o hasta que encontrase un guardia. Ni fueron a su casa ni encontré al guardia, pero me prometieron que si les dejaba irían a su casa y volverían para limpiar los orines. Parecían tan arrepentidos y avergonzados que les creí. A la mañana siguiente allí seguían los orines.
¿Qué cultura y costumbres diferentes tenían estos muchachos? ¿no será que las malas costumbres son sólo de personas maleducadas o mejor dicho de incultos e incivilizados de cualquier cultura?
