Lo dijo el sábado el juez de menores Emilio Calatayud. Y es obvio que se está incrementando alarmantemente el número de menores atendidos por problemas de conducta y de socialización.
La red pública navarra de salud mental ya sigue a más de 3.000 niños y adolescentes. Y se han duplicado los casos en los que existen relaciones conflictivas entre la familia y el entorno social o escolar. En definitiva, que los menores necesitan más atención. La están demandando, lo veamos o no. De hecho, los expertos están detectando llamativos casos de autolesiones. La falta de límites impuestos por los padres, y que estos no sean un puerto seguro donde los chavales se apoyen, es parte del problema.
