La inmigración es un importante motor de cambio económico y social en Navarra. Esta afirmación queda reflejada en el estudio que la Universidad Pública de Navarra ha realizado por encargo del departamento de Bienestar Social del Ejecutivo navarro. Los inmigrantes, según este estudio, nos han traído numerosos beneficios, como el incremento de la población, tras décadas de estancamiento; un revulsivo del mercado inmobiliario; la capitalización de las familias navarras, que han podido reinvertir en vivienda nueva de calidad, etc. Los inmigrantes que han llegado a Navarra están contribuyendo a cubrir el cupo de esos 44 millones de extranjeros que necesita Europa hasta el 2050 para contrarrestar la tendencia al envejecimiento. Pero muchos inmigrantes, no obstante, no viven en unas condiciones de vida aceptables, lo que -según reflejan las estadísticas policiales- les lleva a delinquir.
Si queremos que sigan contribuyendo a este bienestar, debemos cuidarles desde todos los ámbitos. La vieja sentencia racista de que la inmigración nos quita trabajo a los autóctonos, ya no sirve. Ellos ocupan los puestos de trabajo que nosotros despreciamos, para el crecimiento de nuestra Comunidad.
