Opinión

Kosovo, jugar con fuego

Parece que en la antigua Yugoslavia no han aprendido aún la lección...

Corren tiempos en los que la humanidad está más obligada que nunca a ir de la mano, no ya por la presión del neoliberalismo globalizado, sino por la necesidad esencial de convivir, tal y como están yendo las cosas con la energía, las religiones y el Medio Ambiente, entre otras miles de cosas importantes de verdad. Y si bien es necesario también saber quiénes somos, y de dónde venimos, visto lo visto más vale tener claro dónde vamos y cómo lo hacemos, que dejarse llevar por consignas, doctrinas, o todo tipo de catecismos -siempre interesados- que tergiversan la realidad según su interés patrio, camuflado entre colores, insignias, uniformes, himnos y mil patrañas de todo pelo.

Por todo ello, la declaración de independencia hecha por Kosovo esté fin de semana creo es un grave error que Europa pagará una vez más: No se puede jugar a este juego sin quemarse o mearse en la cama.

Cuando la grandeza de formar parte de un pueblo y de su historia, se desvía por los derroteros del ombligismo aldeano, mal le va a una humanidad que forma parte de una aldea global, más interrelacionada que nunca, que debe enarbolar únicamente la bandera del Bienestar, la Cooperación, la Salud, la Educación, el Deporte, la Cultura... y mil valores más que estamos obligados a promover, como fin único de la Convivencia y el Futuro, alejados como de la peste de todos esos “-ismos” que tanto daño han hecho al ser humano.