Opinión

ETA asume el atentado de Barañain

Desde que comenzó el mal llamado “proceso de paz” no han cesado las cartas de extorsión, se ha intensificado el terrorismo callejero, ETA ha robado armas y continúa reivindicando, cada vez con más fuerza y oxígeno, el que le da Zapatero, Navarra y la autodeterminación... En toda esta trayectoria, no podemos olvidar la tragedia que sufrieron hace 8 meses 56 familias, un bebé y dos comercios, uno de ellos familiar, la ferretería de José Antonio Mendive, concejal de UPN en Barañáin. Llamó la atención, aunque ya no debe sorprendernos, que ni siquiera Zapatero condenara los últimos atentados como el provocado en esta localidad navarra.

Ahora ETA asume el ataque contra la tienda como “un sabotaje en respuesta a la represión”. Un lenguaje éste que no recuerda precisamente a tiempos ni de paz. Las informaciones de ETA aparecidas en su boletín interno vienen a desautorizar los informes oficiales y los de la Presidencia del Gobierno de España en relación con el alto el fuego. Porque es evidente que ha habido y sigue habiendo extorsión, presión, coacción y amenaza. Una situación y unas condiciones bajo las cuales el Gobierno de Zapatero se comprometió a no negociar, si se daban.

No sólo no se han dado, sino que ETA viene demostrando que no tiene voluntad de abandonar las armas y no ha renunciado a sus objetivos políticos, ya que sigue hablando de autodeterminación, de amnistía para sus presos asesinos, de territorialidad (es decir, Navarra). Sin renunciar absolutamente a nada, siempre con la amenaza de volver a matar si no se cumplen.

Por todo ello, desde UPN insistimos en que lo único que hay que verificar es la disolución de ETA, sin que ello suponga el menor menoscabo ni para la democracia ni para las víctimas.