Opinión

Es mejor que Tudela no comience obra alguna

Sinceramente pienso que es mejor que Tudela no comience obra alguna, que no proyecte nada, que no construya nada; de hecho creo que nos tendríamos que limitar únicamente a arreglar baches, a plantar árboles y poco más puesto que obra, proyecto o infraestructura que el Ayuntamiento de Tudela comienza, es un quebradero de cabeza, un despilfarro más en las arcas municipales y un nuevo despropósito.

Llevo años desayunando con noticias sobre obras públicas con problemas, juicios o sentencias de obras inacabadas o con desperfectos, litigios con empresas adjudicatarias, quedas de vecinos o usuarios, etc, etc.

No me viene a la memoria obra de cierta entidad en Tudela que no haya tenido problemas antes, durante o al concluirse. A todos nos vienen a la memoria las piscinas municipales que tuvieron que ser tomadas al asalto, el Gaztambide, la peatonalización del centro, Herrerias, la Torre Monreal y un largo etcétera de dimensiones tales que no habría espacio suficiente en las pocas líneas que quiero escribir.

Y ahora, cuando tras años de peleas y pleitos parece que el Gaztambide va acabándose, ahora que las piscinas (creo que no a todo rendimiento todavía) se pueden utilizar, ahora que incluso el municipio gana pleitos contra la empresa que ha llevado a cabo la peatonalización… ahora, abro el periódico y resulta que la ecociudad, un ambicioso proyecto de modernidad, no se va a llevar a cabo.

Ignoro si la causa es un cambio de estrategia del Gobierno navarro, si era inviable desde su inicio, si el Ayuntamiento o el que elaboró el proyecto se “columpiaron” desde el inicio y como dice la noticia proyectaron viviendas sobre lo que más tarde seria un canal, una calle, etc pero la situación actual es que no se va a construir finalmente.

Y digo yo (algo que he pensado en todas la obras en que ha habido retrasos, mal funcionamiento, averías, fallos, etc) que habrá un responsable. Habrá alguna persona, algún estamento, que ha gastado un montón de dinero para algo que se proyectó sobre el papel y que en vez de convertirse en realidad palpable y funcionar, se va a quedar en garabatos perdidos en el museo de los despropósitos municipales, que por cierto deben estar a rebosar.

Digo esto porque como he dicho en esta ciudad, cuestiones de este tipo llueven sobre mojado y nunca el ciudadano de a pie se entera al final del motivo y de quien es el responsable de que se retrasen obras, se pierda dinero del contribuyente, se inauguren obras inacabadas, siempre haya desperfectos tras entregar las obras, etc, etc.