La irrupción de la crisis económica en la aldea global ha provocado la
aparición de nuevos retos para gobiernos e instituciones sumidas en el
desconcierto y en la incredulidad, bocetos de un caos que terminará de
dibujarse en el horizonte del 2020 con la aparición de un Nuevo Orden
Mundial.
EEUU comenzará la década bajo el signo de la "Obamamanía", fenómeno
sociológico que logrará que una persona sin experiencia ni ideario
político conocido se convierta en icono de masas, insufle vientos de
cambios y devuelva la ilusión y la esperanza a una sociedad americana
hundida en la recesión, con lacerantes desigualdades sociales y una
significativa erosión de su imagen en el mundo tras los sangrantes
episodios de vulneración de los Derechos Humanos en Irak y Guantánamo.
Su principal reto será la agudización de la crisis económica, con una
severa contracción del consumo interno ( uno de los tradicionales motores
de la economía de EEUU ya que representa más de la mitad del PIB del país)
y una brutal reestructuración de la industria automovilística (llegando
las tasas de paro a niveles desconocidos desde la II Guerra Mundial),
debiendo esperar al 2.011 para lograr crecimientos del PIB positivos y dar
por finiquitada la crisis económica, no siendo descartables la reedición
de los disturbios raciales del verano del 1.963; el regreso a escenarios
ya superados de Guerra Fría con Rusia (pudiendo revivirse la Crisis de los
Misiles de Cuba (1962) y la gestación de una trama endógena que podría
terminar por reeditar el Magnicidio de Kennedy (Obama 1.963).
Posteriormente podríamos asistir a la pérdida progresiva del liderazgo
mundial de EEUU al conjugarse el disparatado consumo energético con el
estrangulamiento de la producción mundial de crudo y la ruptura del
sistema de paridad de las divisas internacionales y la libre fluctuación
de los mismos con la lógica devaluación del dólar y subsiguientes
dificultades para financiar su desorbitante deuda exterior y a un
severo estancamiento económico posterior irá acompañado de la agudización
de la fractura social, provocando frecuentes estallidos de violencia
racial lo que aunado con sucesivos desastres naturales y catástrofes
medio-ambientales coadyuvarán a la anunciada pérdida del papel hegemónico
de EEUU tras el revés militar de la Guerra de Irak-Afganistán, regresando
a escenarios ya olvidados de política exterior aislacionista y
proteccionismo económico en el horizonte del 2018.
Instauración en Rusia del culto a la personalidad y del dogmatismo
oficialista propios de la época stalinista: Silenciando las voces y medios
de comunicación disidentes mediante el miedo escénico, la asfixia
económica, la incoación de arbitrarios expedientes por delitos fiscales y
las vías expeditivas, Putin habría conseguido la desaparición de la
oposición propia de los países democráticas y la instauración del
oficialismo: doctrina política que conjuga las ideas expansionistas del
nacionalismo ruso, las bendiciones de la todopoderosa Iglesia Ortodoxa,
los impagables servicios del FSB ( sucesor del KGB) , la exuberante
liquidez monetaria conseguida por las empresas energéticas ( GAZPROM).y
parte del ideario jruschoviano simbolizado en un poder personalista
autocrático al reunir en su persona la Jefatura del Estado y la
Presidencia del Partido, previa defenestración por Putin de la primitiva
clase dominante proveniente de la época de Yeltsin (oligarcas), corrupta
camarilla mafiosa equivalente a un miniestado dentro del Estado Ruso (el
36% de las grandes fortunas concentran en sus manos el equivalente al 25%
del PIB) y su sustitución por sujetos de probada lealtad a su persona, sin
veleidades políticas y con el único afán del lucro rápido aunado con la
reducción del poder de los Gobernadores Regionales y conjugando
hábilmente la ayuda a minorías étnicas rusas oprimidas, el chantaje
energético, la amenaza nuclear disuasoria, la intervención militar
quirúrgica, la desestabilización de gobiernos vecinos "non gratos" y el
ahogamiento de la oposición política interna intentará situar bajo su
órbita a la mayoría de los países desgajados de la extinta URSS y gestar
la Nueva Gran Rusia en el horizonte del 2020, fruto del atavismo de la
Gran Rusia de Pedro el Grande.
Progresiva sustitución de la actual Unión Europea por una constelación de
países satélites dentro de la órbita de la alianza franco-germana
(Eurozona) que serán dirigidos por líderes de fuerte carisma y
personalidad que derivarán en la práctica en poderes presidencialistas con
claros tintes autocráticos. Dicho período vendrá marcado por Ratificación
de la Política de Buena Vecindad con la Unión Europea, mediante la firma
de acuerdos preferenciales con Francia y Alemania para asegurarse el
suministro de gas y petróleo rusos e incrementar los intercambios
comerciales.
El resto de países no integrados en dicha órbita (Países de la Europa
Emergente) se verán obligados a devaluar sus monedas, a sufrir masivas
migraciones interiores y a retornar a economías autárquicas, debiendo
proceder a la reapertura de abandonadas minas de carbón y obsoletas
centrales nucleares para evitar depender energéticamente de una Rusia que
conjugando hábilmente el chantaje energético irá fagocitando a la mayoría
de los países desgajados de la extinta URSS.
Establecimiento de la "Pax obamaniana" en el conflictivo Oriente Próximo:
Tanto Israel como la ANP le pedirán a Obama que lidere el proceso de
negociación que ambas partes iniciaron en 2.007 con el objetivo de
establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino( previo
reconocimiento del Estado de Israel por parte palestina) y que podría
concluir con la firma de un Tratado de Paz entre el nuevo Gobierno de
Coalición israelí y el nuevo Presidente de la Autoridad Palestina (que
sería el representante del nuevo Gobierno de Coalición que surgirá tras la
inevitable aproximación de Hamas y Al Fatah).
Dicho Acuerdo sería global y vinculante para todos los países del área
geopolítica de Oriente Próximo, logrando la instauración de un nuevo
"status quo" en la zona (" Pax obamaniana") tras la solución del
contencioso nuclear con Irán y el restablecimiento de relaciones
diplomáticas entre ambos países, operación que contará con la inicial
oposición del influyente lobby judío y su posterior aceptación al recibir
Israel como contrapartida las bendiciones de EEUU a la culminación del
Muro de Cisjordania (que incluiría aproximadamente el 10% del territorio
de Cisjordania, incluida Jerusalén Este) y el incremento de la ayuda
económica ( cifrada durante la Administración Busch en unos 3.000 millones
de dólares de ayuda, monto que representa casi el 2% del PIB de Israel).
Gradual retirada de tropas de Irak que deberá esperar al 2011 para su
culminación e inicio de un posterior y complejo proceso de reparto de las
áreas de influencia entre Turquía, Siria, Arabia Saudí e Irán hasta
desembocar en un Gobierno de Coalición integrado por representantes
kurdos, suníes y chiítas que derivará finalmente en la aparición de un
radical movimiento panislamista que utilizará el arma del petróleo para
estrangular las economías occidentales.
La decisión de Obama de incrementar sustancialmente el número de soldados
en Afganistán augura la escalada de las acciones bélicas a partir del
2011, pues según señala el último informe del Consejo Internacional de
Seguridad y Desarrollo (ICOS), la insurgencia talibán habría conseguido
una presencia permanente en el 72% del territorio de Afganistán,( lo que
representa un aumento del 18% con respecto a noviembre de 2007) y se
acercarían a la capital Kabul, habiendo establecido los talibanes una
especie de gobierno «de facto» en algunas ciudades y pueblos afganos y
para evitar una peligrosa "vietnamización" del conflicto, Obama podría
firmar en el 2011 la retirada progresiva de tropas de Afganistán, decisión
que no será compartida por su vicepresidente Biden y bajo cuyo mandato se
producirá la intensificación y enquistamiento de dicho conflicto bélico y
la precipitada salida que se consumará en años posteriores.