Con el nuevo año, Bulgaria y Rumanía se han sumado al club de los ya 27 estados miembros de la Unión Europea. Eslovenia se ha unido a los 12 paises que ya utilizaban el euro, mientras el resto del continente no sabe a dónde va, a pesar de haberse convertido en una entidad con 500 millones de habitantes.
Holanda y Francia le echaron el freno con el “No” rotundo a una Constitución común alejada de toda realidad mundana, por ello, las esperanzas que trae el 2007 bien podrían dedicarse a construir realmente una comunidad en Europa que defienda una forma de entender el Trabajo, el Bienestar, la Cultura, la Educación, los Derechos, y multitud de valores afines a todos sus miembros, pero que se contaminan mutuamente por su dispar forma de ser, se diluyen entre los intereses de los mercaderes y se ensombrecen en una aldea global que, -ahora que se estrena Ban Ki-Moon-, necesita poner cordura a un mundo que está más perdido que nunca.
Crezcamos con sentido para que el desvanecimiento de los ideales no sea la triste prueba de la derrota del esfuerzo humano...
