Opinión

Antonio Loperena artista y sobre todo ser humano

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La noticia de la muerte de Antonio me dejó helado, perplejo, no en vano lo admiraba y apreciaba como a pocos.

Gran amigo de mi padre, compartía con él su afición a los toros, su edad y sobre todo el afán por relacionarse con la gente, de callejear, de conversar con sus conciudadanos. Debido a ese cariño mutuo, muchas veces de pequeño veía a mi padre con Antonio, al que consideraba como un familiar entrañable que pintaba toros y garabateaba cualquier servilleta o cuartilla convirtiéndola en una obra de arte, servilleta que me entregaba a mí o a cualquier tudelano que se lo pidiera. Esa amistad y cariño que le tenía Antonio a mi padre hizo que a su vez yo le apreciara y quisiera desde joven.

Ahora que Antonio nos ha dejado, estoy seguro de que se hablará mucho de lo gran artista autodidacta que fue, de su gran sensibilidad para plasmar y mostrar sobre todo la tierra bardenera y los motivos taurinos, de su gran facilidad para la escultura y se hablará mucho de las obras de él que jalonan Tudela, de los monumentos a Iribarren, a la jota, al hortelano, a Sancho el Fuerte y ¡como no! al pastor en plena Bardena.

Pocos hablarán de su faceta humana, muchísimo mas gratificante y espectacular para los que lo conocíamos que la artística. Antonio era una de esas personas que llenaba el espacio donde se encontraba ya fuera un bar, una sala o la Plaza Nueva entera. Alegre, dicharachero, familiar, cariñoso, cercano… era de esas personas que se hacen querer. No obstante y como siempre he dicho si hay una virtud que le caracterizaba era su generosidad y también pienso que esa generosidad y el que sus apuntes los obsequiara con tanta facilidad hacía que no se le apreciara como artista tanto como debiera.

Siempre dispuesto a corresponder a cualquier petición, no defraudaba ni negaba su arte a nadie y esto hacía que casi abusáramos de esa generosidad. Recuerdo que hace un par de años, en unas tertulias taurinas, una persona se le acercó y le solicitó un pequeño dibujo, un boceto. Antonio que se encontraba tranquilamente sentado con una bebida en la mano dispuesto a escuchar a los tertulianos, cogió una servilleta y en pocos minutos le obsequió a esta persona con un pequeño dibujo …esto es lo que más admiraba de él.

Hace varios años recuerdo que el MI Ayuntamiento anunció la creación y colocación de un monumento a mi tío y a mi padre en la Plaza de Toros. Mucho me alegró esa deferencia a mis familiares pero más aún me congratuló el que fuera el amigo de mi padre, Antonio, el designado para realizarlo y llevarlo a cabo. Como ocurre muchas veces el proyecto se aplazó y hoy duerme en ese cajón municipal donde se guardan los proyectos prometidos, anunciados y no realizados junto con la maqueta que mostró a la prensa Antonio, sus bocetos y sus horas de trabajo. Una pena.