Opinión

Tirar del gritillo

Si no te gusta, no vayas, ¡y ya está!

No entiento nada. Y lo que es peor aún, no me gusta nada cómo está derivando la libertad de expresión en este país.

Resulta que con afán de hacer cosas, un pueblo de nuestra Comarca, léase Cortes, colabora en la organización de un festival. Uno de los intérpretes convocados al evento, al parecer, se viene arriba con facilidad una vez subido al escenario y por su boca salen estrofas y exabructos sonoros en alguno de sus temas que, desde el punto de vista del saber estar, se salen del tiesto... ¿Y se monta la mundial porque hay gente que protesta y denuncia el estilo grotesco del autor? Creo, sinceramente, que estamos perdiendo el oremus completamente.

Si un intérprete, un estilo, una canción, sobrepasa los límites de lo tolerable, pues muy fácil... ¡Lo evitas, y ya está! ¡Sólo es música!

Si lo que canta un fulano en concreto no te gusta, te parece maleducado o grosero, o fuera de lugar... no vayas a verle, no contribuyas a su crecimiento, lanzamiento y mejora, ¡y ya está!

Hay demasiada gente ociosa que 'denuncia' todo movimiento, y con ello, impide andar a los demás, porque sus prejuicios o sus razones -probablemente legítimas, quién lo duda-, llevan al punto de ¿exigir? que se prescinda de su presencia. No lo puedo compartir.

Prohibido está el partido nazi en Alemania, y algunas cosas más, pero la falta de respeto, de cordura, de coherencia, de sentido, están ahí... ¿Quién es libre de censurar así, alegremente?

Una generación entera tarareábamos las canciones de Barricada ahora revividas por 'El Drogas', y nadie nos impedía disfrutar de ellas porque algunas estrofas contemplaran "tirar del gatillo". Algo evidentemente, y a todas luces, inadmisible en cualquier contexto sensato.

La polémica montada en torno al Festival Holika de Cortes es una más de las muchas carencias que rodean el devenir social actual, que se flagela con situaciones y ejemplos efímeros, y traga ruedas de molino en las cuestiones que, de verdad, malogran la convivencia, anulan la creatividad, ensombrecen la libertad e impiden toda expresión. Se comparta ésta, o no. El libre albedrío es otra cosa.

Así que enhorabuena al Ayuntamiento de Cortes y a la organización del festival Holika por no hacer caso de quienes tiran de gritillo y pataleta para montarla -siempre a la contra-. Hacen bien en mantener el cartel de esta convocatoria como se había planteado inicialmente. Al que no le guste el fulano ese, que no vaya a verlo. Es así de sencilla la protesta que más vale.

¡La pataleta del bebé no justifica sus motivos ni sus razones!