Opinión

Son parte del problema

En los años ‘70, la política y los políticos aportaron a la sociedad la respuesta a las encrucijadas en que se encontraba España tras más de 40 años de férrea dictadura de Franco.

Fueron tiempos y momentos complejos en los que gentes dispares se remangaron para afrontar y resolver los problemas de una ciudadanía demasiado encorsetada deseosa de poder respirar. ¿Se hizo bien o mal? Tras décadas de desarrollo y convivencia, ha quedado claro que se superó la necesidad y se aprobó con nota suficiente como para modernizar un país que arrastraba más de un siglo de retraso con Europa.

Ahora, sin embargo, nos encontramos con una política y unos políticos cortoplacistas e interesados que, movidos por la demoscopia son una parte -y grande- de nuestros problemas en lugar de la solución a los mismos vía acuerdo, compromiso, proyecto, cooperación y discusión de los diferentes puntos de vista que todos tenemos.

¡Y así no podemos ir a ninguna parte!