Opinión

Un curso bajo amenaza

En este año marcado por el virus, nuestros dirigentes han decidido comenzar el nuevo curso de manera presencial. Y tras pasar la responsabilidad de unos a otros, les ha tocado a los propios colegios el hacer infinidad de normas para que los niños estén seguros.

Muchas de las normas son difícil de cumplir: distancia entre los menores en clases a veces abarrotadas, que los niños de corta edad no se junten, no jueguen o intercambien el material o más utópico todavía que los adolescentes no se unan, abracen o interaccionen entre ellos a pesar de sus hormonas …Y además empezamos mal porque si los niños como dicen, suelen ser asintomáticos, no sabemos quién viene ya con el virus a clase.

Por otra parte los niños van al colegio para estudiar y coger conocimientos pero también para relacionarse con otros niños, algo fundamental en su formación como ser humano.

Pero y tras los muros del colegio: ¿quien va a impedir que a la salida de clase no se junten, no jueguen o no vayan juntos a casa?, ¿vamos a prohibir que fuera del cole hagan deporte o aprendan otro idioma y se junten con otros niños de otra clase, otro barrio u otro colegio?…O no entra en la ecuación, al estar ya el niño fuera del colegio y ser responsabilidad de los padres.

Creo que las clases presenciales son esenciales, creo que tienen que empezar el curso de esta manera pero también creo que no podemos pensar que estas medidas evitarán el contagio y tenemos que estar preparados para que haya casos e incluso que clases enteras tengan que pasar quince días en casa por cuarentena. A mi modo de ver tenemos que seguir teniendo precaución con los mayores y personas vulnerables cuando estén con los críos (que antes eran los mayores transmisores y que ahora dicen que no contagian tanto), tenemos que ser precavidos y tomar medidas, pero el miedo no nos puede impedir seguir adelante.