Opinión

¿Verano como final de ciclo?

Llega una temporada con sensaciones diversas;  el verano. Nos hemos dado cuenta de manera brusca a través de una durísima “ola de calor” que nos ha dejado exhaustos. Pasar del frío al calor de un día para otro obliga a una adaptación brusca que no siempre sale bien.

Entramos así en un momento que muchos consideran como el final de un ciclo de doce meses y el comienzo de otro al que se intenta llegar con el marcador a cero. Viene ahí los propósitos de corregir lo que consideramos hemos realizado mal y preparar nuevos proyectos, nuevas formas de vida.

Hacemos como en el catolicismo análisis de conciencia y propósito de enmienda, con la ilusión de que lo que venga sea más placentero y provechoso que lo que se va.

De ahí las hogueras de la noche de San Juan en las que quemamos todo lo malo de antes con el fuego purificador.

Comienza así un nuevo tiempo de una mayor presencia en la calle, de las fiestas que jalonan Navarra de N a S, de vacaciones, nuevos encuentros, y la penumbra da paso a la luz. 

Aunque este año se llega con asignaturas políticas pendientes. Todavía no tenemos gobierno ni en Navarra ni en España. Además la situación no alienta al optimismo, incluso abre la puerta a una nuevas elecciones lo que sería un síntoma del fracaso de los políticos actuales.

Veremos si después de la calima de estos días a nuestros dirigentes, especialmente de la izquierda, les han quedado activas algunas neuronas y acaban dando la talla, porque la alternativa podría resultar suicida.

Como final desear a todas y todos, redacción, lectores, un feliz verano, que todo os salga bien y que cuando nos volvamos a encontrar estéis mucho mejor que ahora.