Un 14 de abril de 1931 se constituyó legalmente la II República que el pueblo votó democráticamente. Alfonso XIII se exilió con su séquito y llegó el viento de libertad. Hubo elecciones democráticas y ganó la izquierda y aquellas gentes querían libertad, igualdad y solidaridad. Con este régimen la mujer se igualaba al hombre, se legalizó el divorcio, se expropiaron a grandes terratenientes y se formó el comunal, para que todos llevasen, el pan con el sudor de su frente, no como los caciques, que vivían con el de enfrente. El gobierno entrante construyó miles de escuelas para extinguir el analfabetismo, saber más y ser más libre, etc.
Pero venido de los más sucios infiernos salió el general Sanjurjo, matón donde los haya, y se sublevó contra el régimen legalmente establecido y, perdió y se le juzgó, después se le amnistió. El régimen presidido por Manuel Azaña era justo, pero en el segundo levantamiento encabezado por el General Mora y secundado por los fascistas y parte del ejercito regó España de sangre. Fue tal la represión contra las clases trabajadoras que somos el país que más fosas comunes tiene y que más cadáveres faltan por encontrar 81 años después. Eso trajo el caudillo y sus secuaces; más hambre, miseria y represión, pero esto es pasado y ya no hay solución. Y llegó la paz que era un inmenso río de sangre que regó las amapolas del camino y los claveles de la Bardena. Lo jodido del tema es que Franco nos impuso a Juan “el campechano”, un Don Juan con las mujeres; un artista cobrando primas y un defraudador y, aún encima, aforado y cobrando.
Ahora tenemos a Felipe “el hermoso”, de momento no da que hablar pero tiempo a tiempo, que de padre a gatos, hijos michinos. Si esto sería una verdadera democracia y el PSOE sería lo que fue, que bastantes cunetas llenaron con la República, se convocaría un referéndum a ver qué pide el pueblo, pues los zánganos de los políticos nos cuesta mucho dinero y la monarquía impuesta más.
Salud y República.
