Todo puede ser vivo y real y la intensidad de un recuerdo es mayor que la vivencia misma.
El sueño vivido es imagen más fresca que la realidad pues está adornado del sentimiento acumulado a lo largo de la espera.
Lo añorado es lo no escrito y lo vivido es la hoja leída y arrugada por el viento.
No, no todo está masificado y adulterado.
Hay muchos corazones intactos, muchos sentimientos ignorados y muchas páginas emborronadas que son solo nuestras e irán con nosotros un día al paraíso de las hojas muertas
No pensemos pues que el mundo y la creatividad se acaban en la vulgaridad de lo conocido, pues los mayores genios y las mas bellas hojas están por caer al final de un otoño desconocido.
¡Vive esperanza pues hay vida tras el consumismo y la mediocridad imperantes en la sociedad actual!
