Opinión

¿Cambio de paradigma productivo en Navarra?

La economía navarra se ha basado en las últimas décadas en la conocida “dieta navarra”, (cuyos ingredientes principales eran el “boom” urbanístico, la exportación y el consumo interno), fórmula que creaba excelentes platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y precio desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de caducidad impresa. Así, tras una etapa dulce impulsada por favorables vientos de cola, la crisis de la industria automotriz provocará un choque de las placas tectónicas del sector industrial que podrían hacer tambalear al buque insignia de la industria foral (Volkswagen Navarra) y que podría tener como efecto colateral la entrada en recesión de la economía navarra en el 2.025.

Navarra sería una comunidad netamente exportadora de bienes (40% de su producción total) pero que adolece de una excesiva dependencia del sector del automóvil (las exportaciones de WN representa casi el 50% del total),una preocupante atomización de las empresas agro-alimentarias así como de una necesaria diversificación y búsqueda de mercados alternativos a la Eurozona (el 30% de sus exportaciones van destinadas a Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia).

El previsible declive de la industria automotriz en Navarra que emplearía a cerca de 15.000 personas, provocará un vertiginoso tránsito desde niveles de bienestar hasta la cruda realidad de la pérdida del trabajo y una posterior dependencia en exclusiva de los subsidios sociales, con lo que el retorno al medio rural se perfilará como una alternativa seria. 

En este contexto de cambio de paradigma productivo, Navarra basará su fortaleza en las energías renovables ( producción de palas eólicas y de hidrógeno verde), así como en la industria agroalimentaria, la extractiva ( potasa y magnesita), biomedicina, biofarmacéutica, universitaria y en la explotación agropecuaria y forestal.Agricultura, ganadería y explotación forestal son sectores que llevan décadas en decadencia, ahogados por la competencia desleal que impone la economía global y sin embargo tienen un enorme potencial para crear eco-empleo.

Asimismo, al seguir inmersos en un contexto de crisis energética, emerge la energía verde como alternativa energética lo que implicará la conversión de la actual industria forestal hacia explotaciones que cultiven especies de mayor valor añadido o que produzcan de forma sostenible la biomasa necesaria para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y de lo que sería paradigma la planta de biomasa de astillas de madera de Aoiz (Navarra) que estará plenamente operativa en el 2024.

Dichas plantas utilizarán la madera de aprovechamientos forestales en población próximas para fomentar la economía circular, minimizar la huella de carbono y optimizar la cadena de valor, con la consiguiente creación de puestos de trabajo fijos que posibilitarán el crecimiento demográfico de la llamada Laponia navarra, espacio geográfico que abarcaría desde las Ameskoas hasta el valle del Roncal, incluyendo Urbasa, Andia, Quinto Real, Arce, Aezkoa y Salazar.

En consecuencia, la biarra forzará al imaginario colectivo navarro a adoptar una nueva forma de pensar y una actitud proactiva ante la irrupción del nuevo escenario de crisis mundial que tendrá como efectos benéficos el redescubrimiento de valores caídos en desuso como el esfuerzo, el decrecimiento, la economía circular, el auzolan, la solidaridad, el respeto por el medio ambiente y la búsqueda de una nueva utopía.