Opinión

Una vuelta diferente a las aulas

En nuestra comunidad se está realizando la incorporación al curso escolar en este mes de septiembre. Y se ha invertido en los colegios para la protección tanto de alumnos como de profesores en: mamparas, geles hidroalcohólicos, mascarillas, ratios de alumnos, distancias, creación de “sectores bloqueados” para que los grupos no tengan interacción, etc. 

 Evidentemente, es más fácil por edad en los cursos de secundaria, bachillerato o universidad que en los de infantil y primaria, donde lo presencial parece lo más adecuado. La situación es muy novedosa y arriesgada, pero no creo que haya otra opción que intentarlo. Y dependiendo de cómo evolucione la pandemia se valorarán o medidas mucho más restrictivas, o de una mayor permeabilidad en los “sectores bloqueados”.

En mi caso solo recuerdo una situación de inicio de curso “diferente”. Como mis compañeros de COU, habiendo aprobado la selectividad en Medicina en Zaragoza del año 1973, en octubre con 17 años , esperaba comenzar primero de Medicina. Pero ese año no se inició entonces, pues el nuevo ministro de Educación, Julio Rodríguez Martínez, decidió que el curso universitario de primero en toda España comenzase en enero de 1974, y finalizase en diciembre de 1974. Mis compañeros de COU y yo, que pensábamos ir a la Facultad teníamos así otros tres meses más de “vacaciones”: alguno se fue a la vendimia o a trabajar de camarero; otros fuimos de oyentes a la Facultad al resto de cursos de Medicina (pues seguían el curso habitual), a escuchar cómo rigurosamente examinaban oralmente a alumnos o nos matriculamos en el “Instituto de Idiomas” de la citada universidad de un idioma extranjero, al menos en esos tres meses, intentando no desmotivarnos, pues la demora no nos fue nada beneficiosa. Dicho ministro fue cesado en enero, y nosotros tuvimos solo 6 meses de curso en primero, finalizándolo en junio de 1974, y volviendo al curso habitual. 

Es evidente que no había Covid y pudimos o estudiar o trabajar en esos meses, y dicha situación era mucho mejor que ahora. Pero quizá, con precauciones, se puede intentar dar clases si los casos no aumentasen en demasía o una vacuna pudiera administrarse pronto. 

Posiblemente como nos sucedió entonces que, sin mucha expectativas al inicio del curso, poco después pudimos volver a la normalidad que tanto añorábamos. Tengamos esperanza y confiemos.