Ha pasado desapercibido. Nadie parece darse por enterado, ni por aludido, pero Bruselas está sopesando llevar a España ante el Tribunal Supremo de la UE por la mala calidad de nuestro aire, reclamando así medidas urgentes, para hacernos alcanzar en 2020 los valores límite legales.
Sin embargo, aquí, la noticia se esconde, no vaya a ser que nos obliguen a actuar. ¡Y eso duele, cuesta y hace asumir realidades!
Esta zona nuestra es especialmente sensible a este problema. Es evidente el daño que hace a las personas y el entorno la mala calidad del aire. Pero nadie actúa. En el informe “La contaminación por ozono en España”, realizado por Ecologistas en Acción en 2018, se asegura que aquí el 39% de la población respira aire perjudicial para la salud. ¿Le preocupa esto a los responsables del Gobierno central y Foral?
Parece ser que no.
Para colmo de males, los niveles de dióxido de azufre (SO2), aquí, son a veces alarmantes, pero van pasando los años y en lugar de tomar medidas al respecto, se eliminó en 2013 la estación de control existente en Arguedas y ahora no se va a reparar la de Funes. Sólo quedará la de Montes de Cierzo de Tudela, aparte de la de
Alfaro, a pesar de que la ley obligaba a las Centrales Térmicas de Castejón a contar con este control.
En definitiva, algo habrá que comenzar a hacer.
Según todos los nuevos parámetros científicos, plantar árboles y que nos ayuden a limpiar el aire va a ser uno de los caminos para acabar con el Calentamiento Global, junto a cambiar nuestro modo de vida, pero esa ya es harina de otro costal... ¡Julio fue el mes más caluroso de la historia y esto va a peor!
