El Congreso acordó modificar el Código Penal para agravar las penas de las imprudencias al volante, en especial las derivadas del exceso de velocidad, el consumo de alcohol y drogas y para que sea delito que el conductor abandone el lugar tras causar un accidente. Todo ello está muy bien pero, salvo esto de endurecer, Estado y DGT lo único que están haciendo es aumentar el número de radares.
