Opinión

Verde, digital e inclusiva

Así define el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la nueva economía, la que tiene futuro, la que se va a transitar porque lo marcan la OCDE y la Unión Europea. Y Punto.

Además, esa “cosa” verde, digital e inclusiva podría recibir —de momento— parte de los 66.000 millones de euros que están encima de la mesa a fondo perdido. Luego más. La UE lo ha aprobado en un primer ‘Mecanismo de Recuperación y Resiliencia’. Pero para acceder a ellos, cada Estado miembro debe elaborar un “Plan Nacional de Recuperación” coherente con la transición ecológica y digital, haciendo especial mención a planes nacionales de energía y clima, entre los que se destaca la nueva ley de cambio climático todavía en borrador, pero un cambio en nuestras maneras de producción de enorme relevancia.

Según el Director General de Acción Exterior del Gobierno de Navarra, implementar el Green Deal será “indispensable” para acceder a los fondos de recuperación y transición. Navarra tiene la necesidad urgente y, por tanto, el desafío de afrontar una estrategia verosímil. Europa al completo transitará necesariamente por la implementación de las Nuevas Economías basadas en el Dictamen SC/048 de las "economías de cercanía, circulares y del bien común". Son las herramientas para la consecución natural de los objetivos para el desarrollo sostenible (ODS) o Agenda 2030 de la ONU, que desde 2015, presionan a los gobiernos de todo el planeta.

Mientras tanto, nuestra opulenta sociedad sigue convirtiendo en desechos un tercio de los alimentos. El dato está certificado por concienzudos estudios de diferentes organismos e investigadores. Nuestros abuelos prácticamente no llegaban a una décima parte, mientras que nuestros hijos rozan el 50%. En Navarra utilizamos casi un 40% de nuestro territorio y más de un 80% de nuestra agua para agricultura. Por tanto, un tercio de ese territorio (más de un 13%) se labra, rotura, cultiva, se prepara, se fertiliza, para nada. Una tercera parte de la energía utilizada en ello y en las obras que hacen posibles los canales y los embalses ya se disipó, o lo hace ahora en la atmósfera como CO2, para nada; una tercera parte del agua con la energía derivada al regadío y a las operaciones posteriores, se utiliza, se esfuma, se contamina, para nada...

Y finalmente, uno de cada tres productos acabados, transportados, envasados, almacenados, distribuidos, comprados, refrigerados, congelados, cocinados (o no), no van a ninguna boca, van a los vertederos.

¿Verde, digital e inclusiva? Es el mercado, amigo…