Las adicciones del comportamiento, por ejemplo a las compras, las apuestas online y el consumo de pornografía o videojuegos son nuevas, pero existen técnicas para superarlas”. Así lo aseguró en la Universidad de Navarra la investigadora María Contreras en el marco de una jornada organizada hace unos meses por el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) dentro de su Reto ‘Jóvenes, relaciones y bienestar psicológico’.
De acuerdo con la experta de la Facultad de Educación y Psicología, hay dos señales que indican que es recomendable acudir a profesionales de la salud mental para abordarlas. “La primera es la dependencia y la pérdida de control: el individuo se esfuerza por dejar de realizar esa actividad, pero no puede”, explicó. En segundo lugar, si esa conducta problemática afecta significativamente de manera negativa a la vida diaria, tanto a lo familiar como a lo social y laboral: “Quienes la sufren sienten culpa y vergüenza, se aíslan y desatienden sus responsabilidades”.
En la jornada también intervino la investigadora de la Universidad Internacional de La Rioja Gemma Mestre. En su ponencia se refirió a la adicción a la pornografía. Además de los mencionados por Contreras, manifestó que otros factores que alertan de posibles dependencias son la tolerancia y el síndrome de abstinencia. “Al principio, la persona necesita poco estímulo para conseguir cierto nivel de excitación, pero a medida que pasa el tiempo requiere llevar a cabo esa actividad con más frecuencia o buscar algo más extremo para sentir lo mismo que al principio”, apuntó. Por otro lado, indicó que el llamado “mono” puede conllevar irritabilidad, agresividad… Según remarcó, hay controversia sobre si existe la adicción a la pornografía o no, pero ha apostillado que el sí va ganando peso. “La conducta sexual compulsiva se acaba de reconocer como trastorno mental -destacó- y la pornografía se ha englobado en ella”.
La tercera ponente, Marta Beranuy, investigadora de la Universidad Pública de Navarra, enfocó su charla en la adicción a los videojuegos. “Aunque las estadísticas varían, podríamos decir que en España hay entre un 4 y un 10% de adolescentes jóvenes con este problema”, comentó.
La profesora añadió que bajo estas conductas a veces subyacen otros problemas como dificultades sociales, conflictos familiares, problemas de comunicación… “A veces los chicos más tímidos o con menos habilidades para relacionarse -ha recordado- recurren a estos juegos como una fuente de evasión. Los profesionales de la salud mental trabajan de manera paralela estos aspectos”.
