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El malestar del sexo

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“Todos venimos de un polvo” me dijo un maestro una vez. Y es que, aunque a algunos les cueste imaginar a Papá y a Mamá haciendo el amor, efectivamente, el sexo tiene ese poder: puede crear una nueva vida. Podríamos relacionar pues la energía sexual y la energía vital como una misma cosa. No es de extrañar entonces que algunas disfunciones sexuales como la anorgasmia, la disfunción eréctil o la falta de libido en general, sean tan comunes en estos momentos en los que se vive la vida con tanto estrés. El agotamiento, la falta de tiempo y las preocupaciones han entrado y enfriado la cama de muchos amantes hoy en día.

Pero incluso entre las parejas más jóvenes y sin hijos, el sexo es una de las causas más comunes de insatisfacción. ¿Qué está pasando?

Con el uso de las nuevas tecnologías y el sistema de ocio que tenemos, las parejas intiman menos y peor, esto es, no se conocen tan profundamente. Si no se ha “penetrado” en el alma del otro, a muchas personas la penetración física les resulta difícil o poco placentera. Los anuncios sexualizados que ofrecen ciertas páginas de internet y la pornografía para un público masculino de tan fácil acceso, han creado también una gran fisura en lo que ambos sexos conciben como práctica sexual.

Hacer el amor con el alma y no sólo con el cuerpo, hará que los amantes trasciendan las expectativas, los estándares y los obstáculos del día a día para disfrutar del compañero de una forma extática, es decir, logrando alcanzar el éxtasis habitualmente.