Tudela

Aprendiendo de los errores

Si miramos atrás, comprobaremos que hemos recorrido un largo viaje de pequeños o grandes errores, que nos hicieron entender cosas, para llegar a ser lo que actualmente somos. Los verdaderos aprendizajes no son los que hemos querido aprender, sino los que la vida nos ha enseñado, espontánea y naturalmente. La mayor parte de los cursos, formaciones, carreras, diplomados, etc… solo proporcionan el conocimiento que necesitamos para vivir en el sistema que domina nuestra sociedad. Pero los verdaderos aprendizajes, son aquellos que hacen desprenderse las “capas de cebolla” que envuelven nuestro ser auténtico, dificultando nuestra conexión con él. Son todos aquellos momentos en que comprendimos algo nuevo de nosotros mismos o de la vida, que sin explicación racional, nos proporcionaron la experiencia de la certeza absoluta. A veces estos aprendizajes vienen tras experiencias de sufrimiento, necesarias por otro lado, para poder desarrollarnos en todo nuestro potencial.

Desde esta óptica, todo lo que nos ocurre es perfecto, porque si es positivo, nos indica que el camino que llevamos es el adecuado, por eso nos sentimos bien. Mientras que si lo que nos ocurre es negativo, nos advierte de que el camino que llevamos no es el adecuado, ofreciéndonos la oportunidad de darnos cuenta de nuestros errores, de aprender aquello que está boicoteando nuestro crecimiento personal. Desde esta perspectiva, los errores son más importantes que los aciertos, pues son los que nos corrigen, para descubrirnos y descubrir el mundo en mayor profundidad.

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