Tudela

¡Anímate!

Que lleguen las fiestas de Tudela no significa que todos en Tudela tengan ganas de fiesta. Sabemos que precisamente estas fechas son las elegidas por muchos tudelanos y tudelanas para irse de la ciudad. Bien porque son enemigos de las multitudes, del ruido, de las tradiciones, o del calor, por ejemplo. Sin embargo también hay personas que sin tener espíritu de fiesta, tienen que vivirlas les guste o no, porque no alcanzan a tener una mejor disposición. La alegría de las fiestas les confronta con su estado personal deprimido, triste, o apagado. La vida para estas personas en estos momentos no es festiva ni alegre, y el hecho de que todos estén tan animados, no les anima, sino que les deprime más, al sentir su impotencia para llegar a disfrutar como lo hacen todos.

Ante la ignorancia de lo que supone vivir en este estado psicológico, algunas personas cuando ven a su paisano con cara desanimada, no pueden sino soltarle un: “¡Anímate hombre que estamos en fiestas”! Agudizando así su malestar y magnificando su impotencia para animarse precisamente.

"La alegría de las fiestas les confronta con su estado personal deprimido"

Las fiestas también son un momento para acordarnos de aquellos que no pueden vivirlas. Y acompañarles en su depresión, su tristeza y desazón. Es precisamente en estos momentos cuando tenemos la oportunidad de practicar nuestra compasión, no para “tirar” del decaído y conseguir que salga de casa, sino para entrar en ella, y compartir el tiempo de fiesta desde su malestar. Sin regocijarse en él, pero sin minimizarlo. Ser sensibles por la fragilidad humana de quienes no pueden disfrutar tanto las fiestas, es otra forma de celebrarlas. No exigir felicidad, es otro modo de obtenerla.

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