Los fabricantes de aires acondicionados se suman a la protección del medio ambiente
aire acondicionado de bajo consumo. Además de reducir el impacto medioambiental, ahorra en la factura eléctrica y disminuye las posibilidades de cortes en el suministro.
Cada vez que se activa el aire o la bomba de calor se contamina el entorno de dos maneras diferentes: Por un lado de manera directa, que es la contaminación producida por los propios aparatos, ya que los gases refrigerantes que necesitan para hacer su función correctamente tienen un impacto negativo en la capa de ozono, y la indirecta, aquella producida por las emisiones a la atmósfera de las centrales termoeléctricas que suministran energía a hogares y empresas. Para producir esta energía las centrales utilizan combustibles fósiles que generan gases de efecto invernadero.
Por otro lado conviene adquirir una serie de hábitos para hacer más rentable el uso del aire. Tener aparatos con la etiqueta energética de la clase más eficiente posible, esta información es obligatoria así que el consumidor tiene derecho a exigirla. Además, se debe seleccionar un aire que se ajuste a las necesidades reales, ya que intervienen muchos factores dependiendo de cada caso particular.