El mundo rural y la caza son arcaicos, en la historia natural de la humanidad la caza siempre ha estado regulada, incluso antes de que existiese la escritura, cuando la cultura sólo tenía la transmisión oral de los cuentos y los dibujos en las cuevas. La regulación moderna de la caza es un mundo apasionante y enorme. En nuestro país 17 comunidades autónomas compiten por tener las mejores leyes y resoluciones cinegéticas, esto se multiplica por 27 en la Comunidad Europea. Para cazar necesitas disponer en regla más de cinco documentos legales, además estás obligado a informar de toda tu actividad. La contracaza, la visión anticaza también ha existido siempre, desde el punto de vista inverso se han construido otras filosofías de vida, porque la caza es una forma de disponer y afrontar la vida que tienen algunas personas. La caza esta asociada al mundo rural y la anticaza al urbano, sin embargo tenemos ciudadanos rurales que son anticaza y urbanos cazadores.
Nada es perfecto, por eso siempre hay recorrido para corregir los agujeros de la gestión cinegética. Mucho más si estamos hablando de capturar animales, cuando el mundo permanece sumido en una crisis de biodiversidad que no sólo hace desaparecer a muchas especies de vida silvestre, sino que además es responsable de que la abundancia de las poblaciones de fauna disminuya drásticamente ¿cómo se puede cazar en este escenario? La codorniz al igual que toda la fauna silvestre depende de la calidad de su hábitat, los cultivos son un hábitat perfecto hasta que llega el tiempo de la cosecha. Entonces desaparecen todos los recursos y la cobertura, la siega ocasiona que la codorniz sufra una gran mortalidad. La caza bien regulada es una acción compensatoria de esta mortalidad, aprovecha animales que de otra forma igualmente desaparecerían. Si revisamos críticamente este escenario y nuestras acciones, cada día tenemos oportunidad de aprender como podemos mejorar.
La inseguridad de que mañana dispongamos alimentos para comer nos ha acompañado a lo largo de la historia de la vida del hombre. Los libros antiguos recogen como la llegada de codornices nos ha permitido sobrevivir. La esperanza de que la fortuita llegada de estas aves nos libre de la muerte por inanición, nos empuja a seguir buscando. No es seguro que vamos a tener codorniz en el campo, lo único cierto es la duda sobre si la encontraremos. Se trata de un ave de paso que puede hacer una estancia reproductora cuando encuentra un hábitat de calidad. Al destruir su hábitat herbáceo con la cosecha la empujamos para que se vaya. Siempre que dispongamos del hábitat óptimo, tenemos posibilidad de que alguna codorniz pare allí para descansar, tomar alimento y después continuar su viaje. Las paradas y estancias aleatorias de la codorniz son su seguro de vida, a la vez que el origen de la incerteza de su caza. Precisamente quien la hace atractiva, cambiante y capaz de mantener en vilo a un gran número de cazadores.
¿Qué queda después de la cosecha? tierra roturada, paja picada sobre el rastrojo, alguna línea de paja en el rastrojo. Hoy la agroganadería intensiva, con el sistema del porcino determina que justo de pues de cosechar se aplica el purín y consecutivamente se rotura la tierra. Si ha habido concentración parcelaria, o roturación de márgenes o aplicación de herbicidas sobre ellas, el paisaje se queda desnudo. Gracias a su movilidad las codornices pueden escapar de este desierto antrópico. Si las codornices tienen la suerte de disponer de otros cultivos que ofrezcan un hábitat favorable, aparte de las cebadas y trigos, algunas ejemplares pueden quedarse y permanecer unos días. ¿Cuántas parcelas sembradas para la fauna tenemos en el coto? ¿Cuántos pagos compensatorios hacemos para mantener los rastrojos? ¿Nos estamos ocupando de disponer ecoesquemas favorables para la codorniz y la fauna silvestre en la nueva PAC?
El proyecto Coturnix de los cazadores españoles financiado por Mutuaesport desarrolla tareas de anillamiento de codorniz con el fin de estudiar la migración y la longevidad de la especie. Conocer las rutas de la migración es importante para comprender a la especie y mejorar su gestión. Sin embargo el esfuerzo que realizamos es enorme para obtener muy pocos datos. De cada 100 codornices que anillamos, con suerte y con el paso de los años logramos recuperar 3 anillas, aunque una cifra más realista es 1 anilla. Gracias a los cazadores también recuperamos anillas de otros equipos de anillamiento españoles y europeos, sin embargo muchas oficinas de anillamiento no responden a nuestras tramitaciones, por lo que no podemos informar a los colaboradores. Paciencia, nosotros seguiremos insistiendo. Es importante que los cazadores remitan la información de las codornices capturadas con anilla para poder tramitar la información, aunque sean de capturas antiguas el esfuerzo merece la pena.
Los grupos anticaza dominan la opinión de la sociedad, están implantados en todos los sectores socioeconómicos, en todos los estamentos del estado y grupos políticos. Su lema “cupo cero” es una palabra para sustituir la expresión ofensiva “prohibir la caza”. Este enunciado aparece como propósito de sus estudios, poner consignas a los informes es sesgar su contenido. Si los datos que toman tienen el objetivo de prohibir la caza, las conclusiones de estos estudios diran que es necesario prohibir la caza. El problema es que estos informes son tomados como referencia por los medios de comunicación, y también para las decisiones judiciales y políticas.
Por supuesto nada es gratis, todo cuesta dinero ¿Cuánto cuesta conservar el hábitat de la codorniz? Con 2.000€ podemos financiar a los agricultores para mantener el hábitat de la codorniz durante la media veda en el coto. Sin embargo, en pocos casos se consigue implantar esta medida porque lo impiden las obligaciones de la PAC, las desavenencias entre vecinos, entre cazadores, la falta de comunicación y los muchos problemas que tiene el medio rural que hacen inviables estas propuestas. Tenemos que invertir ingenio y esfuerzo en cambiar la situación porque conservar los hábitats y la vida silvestre nos beneficia a todos. Coturnix es un proyecto independiente de todos los cazadores y naturalistas interesados en hacer el seguimiento de la especie y su gestión sostenible. Participar es fácil y sencillo, con los sobres coturnix transformamos la jornada de caza en datos científicos. Además cada captura la convertimos en una muestra para analizar en el laboratorio. Sólo tienes que anotar la fecha, el lugar, las codornices vistas, las capturas, las horas y clicar.
