Ribaforada

Gurelur presenta alegaciones al proyecto de concentración parcelaria de Ribaforada

Según esta organización su ejecución y puesta en marcha ocasionaría “graves afecciones ambientales en los escasos valores naturales que quedan en la zona afectada por este impactante proyecto”.
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photo_camera La zona Ribaforada II 'La Dehesa'

Gurelur ha presentado alegaciones al proyecto de Concentración Parcelaria y Modernización del regadío de la zona Ribaforada II La Dehesa “por las graves afecciones ambientales que su ejecución y puesta en marcha ocasionaría en los escasos valores naturales que quedan en la zona afectada por este impactante proyecto”. También han denunciado que “la documentación técnica del proyecto es deficiente y está llena de inconcreciones. Cuenta con un estudio de impacto ambiental que al no poder describir ni abordar muchos aspectos del proyecto, no evalúa correctamente las consecuencias de las obras necesarias para su ejecución”, añaden.

Según Gurelur, las obras previstas y no descritas conllevarán alteraciones agresivas en el medio puesto que es necesaria la realización de grandes movimientos de tierras y la eliminación de numerosísimos ribazos y taludes, así como de la vegetación de los linderos actuales y árboles de gran porte aislados o formando grupos. Estos aspectos, entre otros, se encuentran sin cuantificar en la documentación obrante a exposición al público.

“Este insostenible proyecto está promovido por la Dirección General de Agricultura y Ganadería del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. Llama la atención que sea el propio Gobierno de Navarra el que promueva proyectos en el medio ambiente que van en contra de su conservación, no ajustándose a la normativa que regula este tipo de actuaciones”, han lamentado.

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La Ley Foral 2/1993, de 5 de marzo, de protección y gestión de la fauna silvestre y sus hábitats, recoge la importancia que tienen los elementos naturales que con esta concentración parcelaria se quieren eliminar. En ella se recoge que en las zonas agrícolas y ganaderas se respetará la vegetación autóctona y especialmente los ribazos, ezpuendas, zonas liecas, regatas, setos arbustivos y arbóreos, zonas y líneas de arbolado y cuantos elementos puedan ser significativos para la conservación de la fauna silvestre. Esto es así, porque en estas zonas tienen su último refugio especies que dependen de las mismas para sobrevivir en la zona. “Debería ser fácil de entender, hasta para los técnicos que elaboran estudios de impacto ambiental y para los políticos que lo permiten, que la eliminación de los valores ambientales presentes en cualquier zona conlleva inexorablemente la rarificación o desaparición de las especies presentes en las mismas”, sentencian.  

La imperiosa necesidad de compaginar hoy en día los usos agrícolas con la conservación o potenciación de los valores naturales y paisajísticos en las zonas afectadas por este tipo de proyectos “no ha sido tenida en cuenta a la hora de diseñar este proyecto de Ribaforada, motivo por el cual se han presentado las alegaciones en las que se solicita el estricto cumplimiento de la normativa que regula la implantación de concentraciones parcelarias, que esperamos sean tenidos en cuenta por la administración ambiental y no se lleve a cabo esta nueva agresión a la acosada naturaleza de la Ribera”, concluyen.