La Catedral de Santa María de la Huerta de Tarazona alberga testimonios del legado judío de incalculable valor. Por ejemplo, documentos hebreos significativos y un retablo creado en 1.408 por Juan de Leví, artista judeoconverso, que refleja en más de 30 escenas cómo era la convivencia entre las diferentes culturas y religiones que coexistieron en Tarazona.
Todo ello podrá disfrutarse el próximo 3 de septiembre, a las 18:30 horas, en un evento temático especial que permitirá a los participantes explorar los misterios de esta comunidad histórica en el marco majestuoso de la Catedral de Santa María de la Huerta de Tarazona.
Los participantes tendrán la oportunidad de recorrer los pasillos de la Catedral mientras aprenden sobre la influencia judía en la historia de la ciudad y descubren los tesoros culturales que han perdurado a lo largo de los siglos. Una experiencia enriquecedora que ilustra la rica historia de la judería turiasonense y su impacto en la comunidad.
La visita está organizada por el Ayuntamiento de Tarazona y la Red de Juderías de España con motivo del Día Europeo de las Juderías, y se cuenta con la colaboración de la Fundación Tarazona Monumental para su desarrollo.
No pierdas la oportunidad de unirte a este viaje a través del tiempo y la cultura. Una experiencia que te conectará con el pasado y te dejará con una apreciación más profunda de la riqueza de la historia de Tarazona.
La Ruta de la Judería, disponible todo el año
Además de esta visita del día 3 de septiembre, Tarazona brinda la posibilidad de realizar la Ruta de la Judería durante todo el año. Una razón más para visitar la ciudad, y una oportunidad excepcional para explorar los secretos judíos que se esconden en sus calles y monumentos.
La judería turiasonense es una joya histórica compuesta por dos núcleos claramente diferenciados en términos históricos y urbanísticos: la judería vieja y la judería nueva.
El enfoque primitivo, conocido desde el siglo XV como la judería vieja, se extiende entre la acequia de Selcos y la calle del Conde. Sus calles serpenteantes y estrechas son testimonio del urbanismo medieval que alguna vez definió esta parte de la ciudad.
La judería nueva, por otro lado, se desarrolló debido a factores demográficos y de salubridad. A partir de 1440, esta área se extendió hacia la plaza de Nuestra Señora, con calles como la Cuesta de los Arcedianos. Dos puertas, la de Santa Ana y la del Barrio Nuevo, marcaban los accesos a este núcleo.
En las entradas principales de las calles solían encontrarse puertas que definían los límites del barrio, como la Puerta de la Plaza Nueva y la Porticiella.
En la ruta se comentan detalles sobre la vida cotidiana y las influencias culturales de la comunidad judía en esta ciudad medieval. Desde la sinagoga, posiblemente ubicada en la Rúa Alta, hasta las estructuras comerciales en las cercanías de la Zuda, cada rincón guarda una historia que espera ser contada. La plaza de los Arcedianos era en el pasado un lugar de gran amplitud y significado. Durante el sukkot, la festividad de las cabañas que conmemora la travesía del pueblo judío por el desierto después de su éxodo de Egipto, se alzaban tiendas temporales aquí, recordando la historia bíblica y la liberación liderada por Moisés.
