Navarra

La enseñanza de viajar, conocer y ayudar a los demás

El voluntariado europeo supone una experiencia que trasciende la aportación solidaria y proporciona enseñanzas humanas
Nicolás Mozo
photo_camera El joven tudelano Nicolás Mozo ayudó en la residencia para mayores Belgian Service Club (BSC) de Namur, Bélgica

El voluntariado europeo supone una experiencia que trasciende la aportación solidaria y proporciona enseñanzas humanas y que es recomendable a cualquier joven. El aprendizaje de idiomas, el descubrimiento de distintas culturas y lugares o las relaciones sociales que se crean en este tipo de proyectos suponen una gran apertura de miras.

El joven tudelano Nicolás Mozo ayudó en la residencia para mayores Belgian Service Club (BSC) de Namur, Bélgica y, junto con otros dos jóvenes navarros -Nora Sola (Sangüesa, 25 años) e Iñigo Aranguren (Huarte, 25 años)-, realizaron sus estancias solidarias en el marco del programa de voluntariado del Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES), coordinado en Navarra por el Instituto Navarro de la Juventud (INJ).

Nora Sola

El Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES) es un programa de la Unión Europea que ofrece a la juventud oportunidades de aprendizaje, formación y colaboración en proyectos de diversos ámbitos en los países europeos. La financiación de estos proyectos incluye viaje, seguro, formación, alojamiento o manutención para los participantes.

En la Comunidad foral, este programa lo gestiona el Instituto Navarro de la Juventud (INJ), entidad con la que pueden contactar las personas interesadas en participar en el mismo a través del correo [email protected]

Nicolás Mozo estudia Periodismo y Comunicación Audiovisual en Salamanca. El joven, de 19 años y natural de Tudela, optó por el voluntariado europeo al terminar el Bachillerato, “para desconectar”, señala, antes de comenzar sus estudios universitarios. Su preferencia era Bélgica y en septiembre de 2019 viajó a Namur para colaborar con la residencia de personas mayores de la ciudad belga, “Belgian Service Club (BSC)”.

Mozo recomienda el voluntariado para las personas que no tienen claro qué estudiar, ya que puede servir como opción para pensar qué hacer en el futuro mientras se aprende otro idioma, se madura y se viven multitud de experiencias positivas. “Se debe viajar con la idea de conocer gente nueva y adaptarse a una cultura en la que cierran todo a las 18 horas, mucho antes que en España. Eso abre mucho la mente”.

Los tres jóvenes coinciden en que las asociaciones de destino proporcionan facilidades para desenvolverse. No es difícil encontrar una asociación en la que realizar el voluntariado europeo, pero que es necesario invertir tiempo si se desea encontrar una de un ámbito específico.

También se recomienda contactar con personas voluntarias que hayan colaborado y residido en el país al que se quiere acudir antes de lanzarse al proyecto de voluntariado, con el objetivo de conocer cómo desenvolverse. También aconseja buscar un proyecto que motive e ilusione, ya que son varios los meses de estancia en el país.    

Iñigo Aranguren