Problemas en la colegiata de Alfaro por el peso de las cigüeñas

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Con la llegada del verano, la colonia de cigüeña blanca se consolida sobre la Colegiata de San Miguel, convirtiéndola en la mayor del mundo sobre un edificio público. El censo realizado el pasado año por la Dirección General de Medio Natural de La Rioja cifró en 110 las parejas que habitan sobre los tejados de San Miguel, de las 457 contadas en La Rioja y 165 en total en Alfaro.

Esta alta presencia de las zancudas, tan espectacular y atractiva tanto para los propios vecinos como para los turistas, conlleva también sus problemas como la suciedad que generan en el entorno de San Miguel y, sobre todo, en la presión que ejercen sus nidos sobre las cubiertas y resto de la estructura del emblemático templo. Por ello, la restauración de sus cubiertas, dentro de la segunda fase de su reforma integral a cargo del Ministerio de Vivienda, ha buscado una solución a estos problemas: la colocación de unas parrillas metálicas en puntos concretos de la cubierta que no afectan a la estructura de la Colegiata para recibir los nidos, que pueden llegar a pesar una tonelada.

Pero las cigüeñas se están mostrando reacias a aceptar la invitación de los técnicos del Ministerio, sobre todo las dispuestas en el interior de la cubierta y prefiriendo acondicionar sus nidos en los bordes, esquinas, etc. Los expertos buscan explicación a este comportamiento en la “cabezonería” de las zancudas, que acostumbran a anidar año tras año en el mismo lugar, a pesar de que ese nido sea retirado por el hombre. Y sólo las nuevas parejas ocupan las parrillas. “En una colonia tan estable como la de Alfaro, tienden a regresar siempre a sus lugares de cría”, explica Luis Lopo, jefe del área de Conservación de la Biodiversidad de la Dirección General de Medio Natural. Por ello, estudian reubicar los nidos en las parrillas de cara a próximas temporadas.