Cuando te trasladas a vivir a un país extranjero, encontrarte con compatriotas a miles de kilómetros de tu tierra se convierte en un momento de añoranza, aunque también de alegría.
Por eso los lituanos de la zona de la Ribera, cerca de 200, han tomado por costumbre reunirse en fechas señaladas, como puede ser el 16 de febrero, día de la Independencia lituana; para celebrar la Navidad y la Pascua; darle la bienvenida a la primavera, haciendo máscaras, comiendo tortitas, bailando, cantando y gritando; o simplemente para hablar entre ellos en su lengua y recordar viejos tiempos. Y en una de estas reuniones, Silva Petrauskiene, profesora con 25 años de experiencia, propuso una idea: dar clases a los hijos de estos inmigrantes, de lituano, gramática, literatura, historia y geografía, para no olvidar aspectos fundamentales de su cultura. A todos les gustó la idea, y con ayudas de la embajada, del departamento de menores en Lituania y de Cáritas en Tudela pudieron abrir esta peculiar escuela el 26 de marzo de hace un año. Gracias a Elena Magán, primero estuvieron ubicados en las antiguas instalaciones de Cáritas y ahora se reúnen en la parroquia San Salvador, donde cuentan con una sala de reuniones y dos clases. Además, el pasado mes de noviembre, recibieron la visita del embajador lituano en España, de trabajadores del departamento de menores y de una periodista de su país, para ver cómo marchaba el proyecto y de los que recibieron cuadernos y libros. De este modo, los sábados durante cerca de 3 horas, los jóvenes lituanos de Tudela, Buñuel, Ribaforada, Cascante, y también, de Utebo y Arnedo, se juntan con Petrauskiene para recordar su país natal.
Uno de los objetivos a corto plazo es la de ampliar las clases a los niños más pequeños de entre tres y cinco años, los que han nacido en España y no han podido conocer las costumbres lituanas. Y otro , el de abrir una biblioteca para adultos y niños, gracias al dinero conseguido en un concurso de dibujo. Esta asociación lituana, que ya está inscrita en el Ministerio como tal, compitió en este concurso con otros 22 países en los que existen escuelas de este tipo, y en él, los niños, tenían que pintar Lituania tal y como la recordaban.
Silva Petrauskiene, en su afán de mantener las costumbres lituanas, abrió hace poco tiempo una tienda en Tudela con productos de este país, en particular, y del Este, en general: embutidos, chocolates, ahumados y también específicos para diabéticos. De este modo, los de aquí pueden conocer la gastronomía de allí y ellos se sienten un poco más como en casa.
