En España se calcula que un 8% de la población podría padecer algún tipo de pérdida auditiva, unos 3,5 millones de personas. Unas cifras que colocan esta afección como la tercera en importancia por detrás de la artrosis y la hipertensión. Sin embargo, revisar periódicamente nuestra audición no es un hecho habitual como podría ser realizarse revisiones odontológicas u oftalmológicas.
Los especialistas ponen de manifiesto la necesidad de realizar controles periódicos para comprobar nuestro nivel de audición y acudir al médico ante cualquier alteración en nuestros oídos. Cuanto antes de detecte una posible pérdida auditiva, antes se podrá aplicar el tratamiento adecuado y evitar que vaya en aumento.
Los problemas de audición son más frecuentes en personas mayores, a causa de la presbiacusia, la pérdida gradual auditiva con la edad. El 30% de las personas de más de 55 años tiene pérdida auditiva en mayor o menor grado. Sin embargo, debido a los cambios en los estilos de vida, se observa que cada vez son más los jóvenes que sufren problemas de audición.
La exposición a altos niveles de ruido o hábitos como escuchar música con reproductores de MP3 a un volumen elevado durante largo tiempo pueden dañar nuestros oídos.
Hay que sospechar de un problema de audición cuando empezamos a tener dificultad para entender una conversación y necesitamos que nos repitan las palabras con frecuencia, sobre todo cuando hay varias personas hablando a la vez o ruido de fondo. Otros síntomas típicos de la pérdida auditiva son la necesidad de subir el volumen de la radio o la televisión, la dificultad para hablar por teléfono o para entender a los niños e incluso confundir unas palabras con otras.
Para detectar un problema de audición basta con realizarse una sencilla prueba –una audiometría- que puede llevarse a cabo en centros especializados.
