Nacido para trabajar
En Homenaje a mi Padre
Ya llegó la hora que tanto esperaba
Se acabó el trabajo, ¡por fin jubilado!
Se miró al espejo y observó sus canas
Después recordaba un día lejano
Que con nueve años, dejó la familia
Juegos y colegio, buscando un salario
Tan sólo sus manos, surcadas de arrugas
Contaban historias de tantas labranzas.
¡Si me lo merezco, él se repetía!
Los primeros días con ello gozaba
Más pronto que tarde se convencería
que sin su trabajo los días pasaban
perdidos de sueños, lentos y pesados.
Pero tuvo suerte, le premió la vida
Y pronto los nietos le hacían de guía
Hoy era ciclista mañana portero
Ahora caballito, luego futbolista
Pasaron los años entre juego y juego
Crecieron los niños con ellos los días.
Y soñó grandezas en sus fantasías:
Sería ingeniero en todas las obras
También barrendero de todas las calles
Hasta jardinero de todas las podas
A él le daba igual, tan sólo buscaba
Ocupar las horas que estaban vacías.
Transcurriendo el tiempo,
de nuevo acechaba
El maldito hastío que le derrotaba
La añorada infancia, que estaba perdida
Y un nueve de agosto, a causa de un ictus
Sin darse ni cuenta allí regresaba.
Ahora no recuerda ya no sabe nada
No existen las horas sólo duerme y calla
Pero cualquier tarde, extiende la mano
Y coge en el aire algo que no vemos
Algún que otro objeto que es imaginario.
Le da golpecitos con él a la silla
Repite los golpes, sin prisas despacio
Otras veces hace millones de pliegues
sobre la mantita que está en sus rodillas
siempre le pregunto ¿Qué haces papá?
él no me contesta yo nunca me callo
hasta que cansado por lo que repito
me mira y responde, ¡estoy trabajando!