La amenaza de lluvia no aguó la IX Fiesta de la Cereza de Milagro, pese a la persistente amenaza. Muy al contrario, el municipio volvió a convertirse en una auténtica capital de la cereza y abrió sus brazos y calles para acoger a los más de 8.000 visitantes que llegaron a Milagro desde primeras horas de la mañana. Los más madrugadores llegaron a tiempo de recibir una de las alrededor de 4.000 tarrinas de 300 gramos de cerezas cada una que repartió el Ayuntamiento de Milagro. Y los que no, las compraron en alguno de los 18 puestos de venta particular que se instalaron por la calle y en los que se dio salida a unos 40.000 kilos de cereza de Milagro, según cálculos del edil de Agricultura, José Luis Sarabia. Pero lo más importante, “se vivió una auténtica fiesta y en las calles de Milagro se palpó la alegría de la gente que disfrutó enormemente en los numerosos puestos de venta ambulante y feria artesanal y en todas las actividades organizadas. La valoración del Ayuntamiento es realmente excepcional porque, además, se corrigieron los errores de años anteriores, lo que permitió una mayor fluidez del tráfico”, explicó Sarabia.
Reconocimientos
El edil milagrés se refirió a la merma producida por las últimas lluvias en la cosecha de cerezas y reconoció que “igual no se ha perdido la mitad pero sí un 30% ó 40%”. No obstante, en la IX Fiesta el fruto no faltó, ya que la huelga de transporte de los últimos días había generado un excedente al que se pudo dar salida.
En esta ocasión, los reconocimientos de la jornada fueron a parar al consejero de Educación, Carlos Pérez Nievas; los rectores de las dos universidades navarras; la profesora de la UPNA y milagresa Isabel Goicoechea, que ejerció de pregonera, y otros tantos vecinos del municipio vinculados con el mundo de la Enseñanza y la Educación a la que el Consistorio rindió homenaje en esta edición.
