Cintruénigo

La Hermandad de Ballesteros de la Santa Cruz desfila por Cintruénigo

La asociación político militar, que data de la Edad Media, celebra cada año su tradición

Fiesta de la Hermandad de los Ballesteros de la Santa Cruz 046
photo_camera Fiesta de la Hermandad de los Ballesteros de la Santa Cruz 046

La Hermandad de Ballesteros de la Santa Cruz celebraba este 3 de mayo su fiesta con un desfile marcial acompañando al Cristo de la Vera Cruz por las calles del pueblo. Al punto de la mañana los auroros cirboneros y a pesar del frío reinante, salían por las calles entonando la aurora de la Cruz de Mayo, y luego el capitán Manuel Chivite Andrés, como es costumbre les invitaba a desayunar. Sobre las 12:15 los 60 miembros de esta Hermandad, con algunas ausencias ineludibles, se daban cita en casa del capitán donde una vez pasada la lista de asistentes se iniciaba el desfile en dirección a la parroquia para sacar en procesión al Cristo. Encabezaba la comitiva el sargento abanderado Enrique Martínez y a los lados haciendo escolta iban los miembros de la Hermandad encargándose del orden el alférez Sergio Fernández.

Junto al capitán iba en teniente José Antonio Trincado escoltados por dos miembros de la Hermandad. Una vez en el templo salía la procesión del Cristo al redoble del tambor hacia la zona de los Paseos presidiendo el acto religioso el párroco Santiago Jiménez. Allí tenía lugar la tradicional bendición de los campos y al regreso a la iglesia, la comitiva se detenía en la calle Ligués ante la hornacina de la Virgen entonando una Salve. Luego tenía lugar la solemne función religiosa y a su conclusión la comitiva regresaba desfilando hasta el complejo de las piscinas municipales donde tenía lugar la comida de hermandad a base de 20 kilos de alubias blancas cocidas al fuego de leña en 22 pucheros con dos cabezas de ajos en cada uno de ellos y aceite crudo. Este único plato iba acompañado de 40 kilos de aceitunas majadas, cogollos de lechuga y guindillas.

Tras la sobremesa tenía lugar el traspaso de poderes, ascendiendo cada mando un puesto y el capitán pasaba ya a soldado raso. Entraba como nuevo sargento y abanderado Manuel Fernández Trincado. Los mayordomos encargados de servir la comida, al final recogían las multas de los que no asistieron a la junta general y a la fiesta del año anterior sin justificación, y después se pagaba la comida y todos los gastos a escote.

La Hermandad de Ballesteros de la Santa Cruz se creó en Cintruénigo para defender a la población  de malhechores y bandidos ya que la localidad era frontera natural con los reinos de Aragón y Castilla.