Desde hace casi cuarenta años el ejeano José María Montañés y su familia toman el pulso al tiempo atmosférico. Recoge diariamente los registros de temperatura, precipitaciones y humedad del aire y los facilita a la Agencia Estatal de Meteorología en Zaragoza.
El lugar de las mediciones ha ido cambiando; la hora, no: invariablemente a las 7,30 horas. ¿Qué poderosa razón mueve a José María, administrativo jubilado, a cumplir con este ritual desde hace casi cuatro décadas? “Lo hago porque me gusta”, dice.
Y es que al igual que los humanos, la meteorología tiene sus caprichos: “A primera hora puede haber una mínima de 1 grado bajo cero y a lo largo del día puede seguir bajando, en lugar de subir".
La afición por conocer los registros atmosféricos comenzó mientras cumplía el servicio militar en el Ejército del Aire. “En aviación me encargaba de recoger la temperatura; de modo que cuando el Observatorio Meteorológico de Zaragoza propuso montar una estación me ofrecí a hacer lo que sabía”, explica José María Montañes.
Este administrativo jubilado guarda un entrañable recuerdo de su padre, Antonio, con quien durante más de veinte años tomó los registros máximos y mínimos de temperatura hasta que éste falleció a principios de los años 90.
Además de la temperatura, José María anota diariamente otros registros: precipitaciones, evaporación, humedad del aire, también llamada humedad ambiental. Los envía a la Agencia Estatal de Meteorolo-gía de Zaragoza a las 8 de la mañana y cuando no puede, le sustituye “alguien de mi familia: mi hijo o mi hija”, comenta. De este modo ha cumplido con este ritual desde el año 1971 hasta ahora.
Pluviómetros
La recogida de datos requiere precisión técnica y un emplazamiento adecuado: “No es lo mismo si el pluviómetro está al abrigo o al aire; si al termómetro le da o no la sombra. No llueve en todos los sitios igual”, apunta José María.
