Tudela

Bajo nivel socioeconómico ligado al aumento de la obesidad

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La obesidad es uno de los principales retos de salud pública a los que se enfrenta la sanidad. De hecho, ya se puede hablar de la existencia de una epidemia en las sociedades económicamente más desarrolladas.

Cuando se analiza la incidencia de la obesidad atendiendo a criterios culturales o socioeconómicos, claramente se ve que las capas sociales con menos cultura y con un nivel socioeconómico más bajo tienen mayores índices de obesidad. Además, esta situación se ve agravada porque se establece un círculo vicioso, ya que sabemos que las personas obesas están discriminadas, acceden a puestos de trabajo de menor remuneración y tienen más problemas para integrarse en el mundo laboral, encontrar pareja o para llevar a buen término estas relaciones.

Las razones expuestas para este fenómeno estriban en dos circunstancias principales. La primera es que las dietas con más grasas son más baratas y segundo, porque el nivel de educación es muy importante e influye directamente en la cultura alimentaria de cada individuo y, por ende, en la de su familia. Así, se ha visto que las familias con un nivel socioeconómico más bajo comen unas dietas más grasas y con más azúcares, porque es una forma de alimentarse más barata.

El nivel sociocultural influye en los obesos en los que, por desconocimiento, “comen de todo y como les viene en gana”. Por otro lado, en las clases sociales más altas, existe una mayor presión social por la delgadez y por la estética, se cuidan más en este aspecto que las clases sociales más bajas. Aparte, el nivel socioeconómico de las clases sociales altas les permite tener una mejor educación y formación y, consecuentemente, un mayor conocimiento sobre aspectos relacionados con la alimentación que otras personas de clases sociales más bajas.