Recientemente hemos sido testigos del “cuponazo”, esto es, de la adquisición por parte del País Vasco de dos privilegios fundamentales consecuencia de la negociación del Partido Nacionalista Vasco (PNV) con el Partido Popular (PP) de los Presupuestos Generales del Estado. Por un lado, el PNV ha conseguido obtener del PP 1.400 millones de euros para la administración vasca, una cantidad de ingresos ingente que podrá traducirse en una mejora de los servicios públicos (sanidad, educación, infraestructuras…). Por otro lado, el PNV también ha salido airoso de la negociación sobre el cupo vasco, es decir, el dinero que debe entregar la hacienda del País Vasco al Estado español en los próximos años. El PNV, partido de centro-derecha, conservador y defensor de la libertad de mercado ha pactado con el PP, otro partido situado en el centro-derecha del espectro político y, a su vez, conservador y defensor del liberalismo económico.
¿Qué ha pasado con UPN? Pues poco y mal. UPN es, al igual que los partidos anteriores, una formación política de centro-derecha, de corte conservador-católico y a favor del liberalismo económico. Es lógico, pues, como votantes navarros que nos preguntemos, si el PNV ha conseguido estas ventajas fiscales para el País Vasco, ¿cuáles son las que nos han traído los dos diputados que tenemos de UPN en el parlamento de España a cambio de apoyar los presupuestos del Partido Popular? Ninguna. En serio, ninguna. UPN decidió presentarse a las elecciones con el PP como si le hiciera falta para arañar votos. Ahora se ven en la “obligación” de tener que apoyar los presupuestos a cambio de absolutamente nada. Viendo la gestión tan eficiente que han hecho de sus alianzas electorales, no sé por qué nos extrañamos que también quede en mal lugar su negociación de los presupuestos. Desde luego, si algo está claro, es que UPN no es PNV, para desgracia de sus votantes navarros, que no podrán beneficiarse de parte de ese “cuponazo” que tan bien nos vendría aquí en Navarra.
