La votación que se realizó semanas antes de la celebración de Vistalegre II arrojó un apoyo bastante equilibrado entre el sistema de elección defendido por Pablo Iglesias y el de Iñigo Errejón, con apenas un 2% de diferencia. La disputa en este último congreso se ha saldado con la victoria absoluta de Pablo Iglesias.
Los inscritos en Podemos se han mostrado mayoritariamente a favor del Secretario General en todos los documentos que se debían votar, así como en la conformación del Consejo Ciudadano. Dos lecciones caben sacar de este resultado. La primera, que Errejón erró. Midió mal sus apoyos por parte de los inscritos de Podemos, creía que sería superior del que realmente luego ha demostrado. La segunda, Pablo Iglesias es, a día de hoy, líder indiscutible de Podemos. Las bases apuestan por él.
¿Qué debería hacer el partido en estos momentos? A la vista de la votación, en la que incluso Pablo Echenique obtenía más apoyos que el propio Iñigo Errejón, pasando así a convertirse en el nuevo número 2 de Podemos, parece claro que se debe realizar una reestructuración de las portavocías de manera que puedan representar la voluntad de los inscritos e inscritas de la formación. Ahora bien, la pérdida de poder de la corriente encabezada por el actual portavoz en el Congreso no debe ser castigada. Los votantes de Vistalegre II han dicho que quieren más Pablo Iglesias y menos Iñigo Errejón, pero no han dicho que quieren sólo a Pablo Iglesias y nada a Íñigo Errejón. Prudencia y unidad.
Unai Iriarte
Historiador
