Opinión

Pedro Sánchez y su lío con las naciones

Con la postura política del PSOE en algunos temas me pasa un poco como con la física cuántica: sé que es importante pero no la termino de entender. En ocasiones creo que incluso el PSOE no se entiende a sí mismo. Hace apenas tres meses votaron en el último Congreso del partido reconocer en su línea ideológica que “España es una nación de naciones”. Ya esta afirmación le dio problemas a Pedro Sánchez durante el debate a tres, cuando Patxi López le preguntó directamente: «Pedro, ¿y tú sabes qué es una nación?»

Desde luego la respuesta del actual secretario general del PSOE no será recogida en ningún libro  de Historia ni de Ciencias Políticas. Con cierto titubeo, y sin querer arriesgarse demasiado, sentenció que es que en España hay diferentes naciones culturales. Entonces me planteé varias cuestiones: ¿qué son naciones culturales, Pedro? ¿Y por qué no son naciones políticas, por ejemplo? ¿Estás en contra de que una nación sea soberana?

Todas estas dudas parecía que se iban a mantener durante un largo tiempo. Ya empezaba a aceptar que Pedro Sánchez no iba a ser capaz de respondérmelas cuando, hace apenas una semana, sentenció ante un periodista: “todas las naciones son España”. Vamos a ver, hombre interrogante, ¿qué todas las naciones? ¿La nación francesa es España también? ¿La americana es España? Poco después decidió participar en este juego de indefinición Susana Díaz, que se dio prisa en asegurar que Andalucía también era una nación, que no iban a ser menos. Señores del PSOE, ¿ser nación es ser más que no serlo? 

Así las cosas, me encuentro como con la física cuántica. Sé que el PSOE es importante y necesario si se pretende gobernar España en un futuro desde la izquierda, pero no lo entiendo lo más mínimo y me siento lleno de dudas. ¿Cuántas naciones tiene España? ¿Las naciones van una por Comunidad Autónoma? Pedro, ¿Navarra es una nación, sí o no? En caso afirmativo, ¿somos una nación cultural o también política? Si algo me resulta fascinante de Pedro Sánchez es su incompetencia para articular una respuesta clara a qué modelo de país quiere. A lo mejor debería darme por vencido y dejar de hacerme preguntas, o a lo mejor, Pedro, debería usted, realizárselas. Le propongo una: ¿cómo voy a gobernar sobre un país que ni siquiera sé definir?