Habrá quienes haciéndose los entendidos digan que la reciente subida de la luz, que el ministro de Industria ha reconocido que se mantendrá los próximos días, cuando más falta hace emplear energía eléctrica, se debe a una cuestión de oferta y demanda. Así, la explicación vendría a ser que, como más gente demanda un servicio, el precio debe incrementarse para compensar esa demanda creciente haciendo que de esa forma disminuya. Vamos, que como hace frío y somos más quienes queremos calentarnos, pretenden convencernos de que lo mejor es que suba el precio para que, o bien todos no podamos hacer uso de un servicio, o bien que las compañías eléctricas puedan obtener mayores beneficios.
El fin de una empresa de mercado es obtener el máximo beneficio. Las eléctricas no son diferentes a las demás y, por tanto, persiguen hacerse con todos los ingresos que puedan. ¿Por qué? ¿Es que acaso están en quiebra o necesitan el dinero? No. Lo hacen por una cuestión menos económica y más humana como es la avaricia. Los integrantes de las compañías eléctricas buscan ganar más y más, no tiene por qué interesarles necesariamente tu bienestar. ¿Qué deberíamos hacer entonces como ciudadanos? La respuesta más lógica en una democracia seria debería ser “buscar el bienestar común”, y precisamente en este sentido se expresa el artículo 128 de la Constitución española, esa que algunos partidos políticos tanto defienden, que dice “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”, y añade, “se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general”. Por tanto, yo pregunto al Gobierno, ¿tiene intención de nacionalizar las eléctricas? ¿Les preocupa la pobreza energética? ¿Les causamos más quebraderos de cabeza cuando pasamos frío o sólo cuando nos quejamos? Pagamos el IVA del electrodoméstico que compramos, pagamos después el IVA (del 21%, además) de la energía que consumimos con ese electrodoméstico y, ahora, permiten una nueva subida del precio de dicha energía. Vamos a tener que pensar en todos estos sobrecostes para poder calentarnos pero bien.
