Es cierto que en los años que tengo de vida, unos cuantos ya, nunca me había preocupado el nombre de la calle en la que vivo. Mal, por mi parte, ya que debería haber preguntado a quién se habia dedicado la calle. Lo cierto es que, en mis tiempos, preocupaba más, tener casa que el nombre que tuviera. Hoy, lo que más preocupa a la gente joven, es poder tener una casa, y aquél que la consigue, tampoco se preocupa de saber a quién está dedicada...
Por desgracia, nuestros dirigentes piensan que hay que desayunar política, almorzar lo mismo, y cenar y recenar más politica. Da la impresión de que tenemos que estar aleccionados en sus creencias, nos gusten o no. No importan las consecuencias, hay que obsesionarse en conseguir que TODOS, se sumen a ese carro, el de la política, que ellos practican.
Cambiar los nombres a las calles, no es prioritario y menos en estos tiempos. Los ciudadanos no tienen dinero y, menos aún, ganas de complicarse la vida. Los dirigentes, tienen que pensar en el bienestar de todos, al margen de la política, y si no es así, mal vamos...
En el Barrio de Lourdes, los vecinos fueron a una reunión, que no fue tal, donde esperaban poder participar, hablar, exponer su idea, etc. Sólo hubo un comunicado por parte del ayuntamiento. Se hará el cambio de nombres, y los nombres serán... dedicados al agua.
Esto es una burla al ciudadano, y encima, se aprovechó la reunión, para dar un mitin político que dejó indignados a los vecinos, que sean de la ideología que sean, no acudieron a esa reunión a que los aleccionaran, y menos a que les dijeran que no son nada y que nada tienen que hacer.
¡Ten politicos para esto!
¿De qué nos sirven si en lugar de gobernar y resolver los problemas de la ciudad, van en contra de los ciudadanos?
Ver para creer, amigos.
