Tiberio: Asistimos a una nueva ‘etapa política’ o así lo quieren creer la mayoría de los ciudadanos. Hay nuevos partidos, nuevos personajes y... ¿nuevas ideas? Yo, de momento, lo quiero ver, porque nada de lo que he visto y oído me produce la más minima seguridad o confianza. Sólo tengo claro que el pastel tiene muchas bocas que alimentar y que las disputas son increíbles para conseguir un trocito.
Las siglas no importan en absoluto. El otro día vi a Pablo Iglesias en la tele y dos periodistas le preguntaron por la inquietud que ha producido el concejal de Carmena, el de los mensajes nazis en la red. Iglesias se estremeció de que a la periodista le pareciera peligroso tener a un personaje como ese en el Ayuntamiento de Madrid, y salió en su defensa diciendo que a él le preocupaba más la actitud del ministro del Interior en otros asuntos de corte militar.
Lo peor es que añadió que una periodista no podía decir que le preocupara el concejal y no el ministro, y que lo iba a contar en todas las redes sociales. Se parecía mucho al discurso autoritario y a las formas de un dictador. Nadie puede llevarle la contraria.
Otro asunto que da grima es la estrategia del Partido Socialista, que ahora en lugar de doble vara de medir, tiene triple o cuádruple. Según haya que pactar para conseguir algo. El partido lleva mucho tiempo perdiendo votos y se mantiene su división interna. No han puesto el remedio.
Por otra parte, Sánchez, que tiene grandes posibilidades como actor, quiere vender humo y parecerse a Zapatero, porque a González, ni hablar. Lo de la puesta en escena con bandera, le ha servido para que hablen de él y para poner colorado a más de uno, sobre todo, después de pactar con Bildu, que ya sabemos que ama la bandera de España...
¡Vivir para ver!
