Opinión

Sólo para beber o también para regar

El canal de Navarra sigue, más o menos, como al principio y sin visos de avanzar. El cuatripartito, tras realizar sesudos estudios de los estudios ya existentes, modificando algún que otro parámetro, y dando vaselina a algunos números para que fueran encajando, ha descubierto que la mejor agua de boca que se puede llevar a la ribera de Navarra es la de Itoiz. Es admirable su capacidad de síntesis y que sólo les haya costado unas cuantas décadas empezar a entender el proyecto del canal de Navarra. Lo curioso es que todo está en el aire, porque, tras la afirmación de la calidad del agua, donde antes había un canal, ahora se pone una tubería cuyo diámetro va disminuyendo progresivamente cada vez que alguien del gobierno da una explicación al respecto. Por otro lado, donde había 21.000 hectáreas ahora se pretenden regar sólo 10.000, para que acaben siendo 6.000 ha. De las cuales, y tras agotadoras elucubraciones, especulan con cambiar agua del Queiles de boca para regar 3.000 ha. y otras 3.000 del Canal de Lodosa. Al final, con una mini tubería, será bastante para llevar sólo agua de boca a la Ribera. Habrán conseguido su objetivo y la cuadratura del círculo, intentando contentar a partidarios y detractores. Agua de Itoiz para beber, pero no para regar, desvistiendo unos santos (Queiles-Val y Canal de Lodosa) para vestir otros.

Seguro que los grupos anti-Itoiz que ahora nos gobiernan, quedarán suficientemente satisfechos.

Pero en esta jugada premeditada no contaban con la tozudez del PP en Madrid que avisa a navegantes, o las 21.000 ha. comprometidas o nada. Esperemos que con el órdago no acabe pasando como con el TAV. A ver ahora cómo se van retratando los distintos partidos políticos, quicrates o también para regar”én da la cara y quién se pone de perfil.

Si se garantizase el agua de boca de calidad para los pueblos de la Ribera que la necesitan, ya será un logro significativo; y si además se garantizase el riego de las 21.000 ha. de la margen derecha del Ebro, sería la prueba fehaciente de que este gobierno apuesta por el desarrollo sostenido de la ribera de Navarra. En caso contrario, habrán ratificado lo que los riberos sospechamos, que a la Ribera no la consideran parte de su Navarra.