Opinión

Celebraciones navideñas… y el bienestar del día después

Sentirnos bien tras una celebración navideña es un deseo muy ansiado y está a nuestro alcance. 

En estas fechas cada hogar, cada familia tiene sus códigos de celebración: desde los suculentos manjares “tradicionales”, inamovibles año tras año, hasta las “innovaciones prácticas” de menús ya preparados y listos para servir, más o menos sofisticados. Hasta aquí, poco que decir. Que aproveche.

Esquivar los temidos ardores de estómago, pesadez, abotargamiento, dificultad para conciliar el sueño, resaca, aumento de peso derivados de los excesos de estas fechas es posible siguiendo estos sencillos y prácticos consejos:

  • No vayamos a una celebración sin haber hecho la comida anterior, si vamos con mucha hambre comeremos y beberemos de más. 
  • Intentemos ajustar las raciones de comida al número de comensales; si somos ocho, comida para ocho, no para doce.  
  • Démosle más protagonismo a los platos principales que a los entremeses.
  • En las largas y alegres sobremesas apartemos un poco la bandeja de los dulces y pongamos a mano la fruta pelada, cortada y troceada; deliciosa y lista para comer; nos ayudará a dosificar los dulces.
  • Una jarra de agua en la mesa nos recordará que para calmar la sed no hay como el agua fresca.
  • Guardemos los dulces sobrantes ya que para evitar la tentación es mejor retirarlos hasta la próxima celebración.
  • Acordémonos de planificar los menús de los siguientes días para evitar más excesos.
  • Y por último, recordemos que no hace falta darlo todo en una comida como si fuera la última comida de nuestra vida, que al día siguiente y al siguiente y al siguiente también comeremos.

¡Feliz Navidad! ¡Felices fiestas!