Opinión

Tudela, la de tus faraones

Parece que, a pesar de las malas experiencias del pasado, algunos gestores públicos y la ciudadanía siguen empeñados en que “haber hecho algo” por su localidad se resuma en una buena lista de obras, y emblemáticos edificios que presentar cuando la legislatura acaba.

Este forma de comprar votos no es nada nuevo, pero lo que si sorprende es que la ciudadanía, que ya es conocedora de la contrapartida que todos pagamos por las inauguraciones, siga comprando impertérrita este tipo de artimañas francamente pueblerinas.

No señores y señoras, no es normal dilapidar dinero en ladrillos y hormigón mientras cierran locales, los jóvenes se marchan, los mayores se mueren y los amigos del poder se forran, no es normal. Nuestra ciudad lleva más de 20 años sin ser consciente de la realidad y desconectándose del mundo.

Tanto UPN, como PSN, como IE siguieron este modelo, da igual la “ideología”, el modelo es el mismo, obras, sillones y sueldos, es lo único que les importa. No se a ustedes, pero a mi hace tiempo que me viene importando mas bien poco que se me gobierne con una ikurriña o con una bandera con cadenas, lo que me importa es que tengamos futuro y precisamente lo que les garantizo que tendremos con este modelo de compra de votos es una buena hipoteca que pagar, pero eso a los políticos profesionales les dará igual, porque a base de inauguraciones y falsos caramelos ya se habrán asegurado el sueldo vitalicio, la silla en el consejo de administración del amigo o unos cuantos puestos públicos de los que comer toda la familia.