Opinión

San Nicolas, to be or not to be.

Seguramente si haríamos repaso de todos los proyectos no realizados por este Ayuntamiento, durante los últimos doce años, tres legislaturas, y tuviéramos en la mano todos los miles de euros gastados sin la ejecución de dichos proyectos o de las condenas y sentencias sobre proyectos, o mal ejecutados o mal acabados, no estaríamos hablando ni de San Nicolas ni de ningún otro ser humano “canonizado” por el Estado Romano.

Repasando la historia de nuestra encontramos que nuestros antepasados convivieron bajo la tolerancia y multiculturalidad religiosa, política e identitaria, solamente rota y vilipendiada por los “católicos” y “apostólicos” reyes extranjeros, castellano-aragoneses, Fernando e Isabel, que trajeron la Inquisición y sus jueces y con ellos la represión, la muerte y la intolerancia a Tudela y al resto del Reino de Navarra, y comprobamos que el templo de San Nicolas es anterior precisamente a la propia invasión castellana.

Y si indagamos un poco más, recordamos que las antiguas murallas de Tudela fueron derruidas precisamente por mandato del extranjero Cardenal Cisneros para castigo de tudelanos y tudelanas por su fidelidad y defensa de sus legítimos reyes navarros Catalina de Foie y Juan de Albret y de la propia soberanía navarra.

Y si de Iglesias, ruinas e historia tudelana seguimos hablando será mejor que nos echemos a llorar al encontrarnos con nuestro patrimonio histórico dejado y abandonado al amparo de excrementos de palomas y cigüeñas sin evangelizar, de ratas con ciudadanía tudelana o de termitas salvajes y sin cultura patrimonialista que avanzan bien alimentadas, zampando por doquier por nuestro olvidado “casco viejo”.

Viene todo esto a cuento de que, parece ser que el Ayuntamiento de Tudela encargo un estudio-informe a unos arquitectos de fuera de Tudela sobre la situación de la Iglesia de San Nicolas, y que dicho proyecto decía y dice que la Iglesia de San Nicolas estaba y esta en ruinas y con peligro de derrumbe.

Esta prueba pericial significa que existe riesgo para personas e inmuebles y complica la palabra de nuestro Alcalde, ya que dijo en Pleno municipal que bajo su mandato jamas se derribaría el histórico templo de San Nicolas y que por lo tanto hay que gastar dos millones de euros, por lo menos, para reestructurar y recomponer el tímpano, portada, que es el único valor histórico-cultural que encontramos reconocido en dicho edificio, siendo conocido que lo que tenia valor ya esta repartido por iglesias, museos, casas particulares y huertos tudelanos, ya que acceso al templo han tenido hasta al día de hoy, cristianos, moros sarracenos, moros conversos, judíos, romanos, sorianos y de Cervera y hasta llegados de la montaña.

Es también conocido que el informe encargado por el Ayuntamiento a los arquitectos, ha sido conocido antes por la prensa que por los afectados directos, asociación de vecinos o grupos políticos municipales, ya que el concejal de urbanismo lo filtro a un periodista local, y que no tendría mayor transcendencia sino fuera porque la Iglesia se cae y porque como todo indica, el estudio llevaba ya tiempo, por no decir meses e incluso un año, en manos del propio Ayuntamiento y metido en un cajón, no sabemos muy bien porque.

Y viendo que todo esto esta sucediendo, ante el estado de ruina inminente, las Leyes Forales Navarras que en este caso competen establecen que “si existiera urgencia y peligro en la demora, el Alcalde, bajo su responsabilidad, dispondrá lo necesario para asegurar la integridad física de los ocupantes y de terceras personas.” y más “Cuando el edificio presente un agotamiento generalizado de sus elementos estructurales o fundamentales“.

Estamos por lo tanto ante una situación que en principio no cabria mayor dilación que la de, de forma urgente dar inicio a la demolición controlada, salvaguardando el pórtico, único valor reconocido, e iniciar al mismo tiempo conversaciones con vecinos y afectados para estudiar como se reforma y reestructura el solar que aparezca después de la demolición de la Iglesia, ya que es obvio que aunque existiera partida presupuestaria para levantar de nuevo la Iglesia, nadie en su sano juicio se gastaría un euro en levantar templos mientras en la calle de al lado son desahuciadas, de sus casas, familias tudelanas por bancos rescatados con dineros públicos.

Solo nos faltaría ya, que, ademas de rescatar banqueros, reconstruyamos templos para adoraciones litúrgicas con dineros públicos después de que le hemos comprado la propia iglesia por miles de euros al propio Arzobispado, encima de que se nos cae por vieja y mal cuidada, con el “inri” de que en el contrato de venta se nos dice que no podemos hacer en el local vendido, ni calderetes ni costillas asadas, por no ser usos de culto religioso o que pueden atentar a lo que, por moralidad pueda entender el Arzobispo de turno.

No caben muchas interpretaciones, ni legales, ni patrimonialistas, ni de otra índole, es de urgencia la demolición de San Nicolas por el peligro que supone para vecinos, viandantes, edificios colindantes y especialmente en este caso por ser una zona muy transitada en celebraciones festivas, religiosas o paganas, y concurrida en todas las épocas del año a excepción de días de cierzo y lluvia. Celeridad por favor, no vayamos a tener un disgusto, que nadie desea.

Santi Lorente