Opinión

Libia y el principio de realidad

Si no se quiere que salgan emigrantes en patera de la peligrosa Libia, lo lógico es prohibir terminantemente que los países europeos acepten cualquier emigrante proveniente de ese país. Aceptarlos implica aceptar las mafias del tráfico de personas (¿o no son “mafias”?) que están más que interesadas en llevar gente a través del negocio/sistema de violación, explotación y extorsión que tienen organizado allí. 

Y Open Arms, el Aquarius y demás deben ser considerados cómplices objetivos de esas mafias ¿o no son “mafias”?. 

Salvar náufragos es una labor humanitaria, claro, pero es obvio que si se dice que no se quiere que se devuelva a la gente al “horror de Libia”, tampoco se debe desear que la gente vaya allí pensando que desde allí se puede pasar a Europa fácilmente por la certeza de que no les van a devolver a semejante lugar horrible, una vez que hayan salido de él. Puesto que, si llegan a Libia (donde van a ser abusados, tal y como se nos dice), es porque creen que van a ser acogidos cuando salgan de allí hacia Europa. Y, claro: cada vez que se les acoge, se confirma que el plan “mafioso” es efectivo, es decir, su propaganda se confirma como real y factible, y su mensaje resulta reforzado. Si se les permite salir de Libia para llegar a Europa desde allí, se les estimula también a entrar en Libia para llegar a Europa desde allí.

Así que, si de verdad no se quiere que la gente vaya a Libia para llegar a Europa, Europa no debe aceptar a nadie que salga de Libia en patera con el objetivo de llegar a Europa, y debe dejarlo muy claro a todo el mundo y en todo el mundo. No hacerlo así es colaborar con un crimen mayor. Uno que acaba en un naufragio mucho mayor que el de una patera alentada por la actual sinrazón política mundial, “esa mafia”. ¿O a alguien le interesa que haya pateras desde Libia?

Tal vez interese a mucha más gente de la que pensamos. Gente incapaz de seguir otro pensamiento lógico: el que dice que si queremos que “África” tenga realmente  los derechos, libertades y el respeto a los ciudadanos que, al menos aparentemente, se da en la UE, lo racional sería llevar Europa a África, como pensaban Felipe II, Cortés y Pizarro, no traer África a Europa. Llevar adelante una “cruzada” actualizada, no porque lo quiera dios, sino porque la Razón lo exige en forma de régimen político democrático.  Pero claro, para ello habría que poner en cuestión tanto el “antiimperialismo” como el nacionalismo o  la “descolonización”. O la independencia de las “colonias” de España en el siglo XiX, por ejemplo.  O la “no intervención” (de según quién y para qué). Y es que para este tipo de pensamiento “mundialista” y acogedor sin condiciones, es más “pacífico” que “África” venga a Europa que lolevar la democracia a África a través de una tutela efectiva de esas sociedades “in situ”: ya habrá alguien, “otros”, (los rusos, los chinos, los extraterrestres o los estadounidenses) que haga lo que quiera que sea con ella, cuando todos los africanos estén aquí, democráticamente sanos y salvos y con todos sus derecho perfectamente respetados, incluido el de aplicar “de facto” sus propias leyes tribales o religiosas en nombre de la igualdad “multicultural”. Porque “tots soms… cataláns”. Menos los españoles. Pero esa es otra ONG.