Opinión

El agua en Navarra, ¿y la calidad qué?

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He leído estos días con interés, en la prensa, el debate existente en relación a la necesidad o no del agua del Canal de Navarra. Se ha hablado de costes, necesidades de proyectos, estudios de viabilidad, necesidades a corto y largo plazo y otras pero he echado francamente de menos que casi nadie hable de calidad. Es verdad que la cantidad de agua es relevante, pero lo es más aún si cabe la calidad por su posible repercusión en nuestra salud.

Es sabido que un agua de origen superficial, por mucho que se invierta en su depuración, será difícil que alcance el grado de pureza que pueda tener un agua subterránea o un agua de cabecera de río. Creo que no necesito extenderme en esto, así que la zona norte y media de Navarra tiene unos orígenes de agua que desde luego son envidiados por los de la zona sur, entre los que me incluyo.

Como sabrán, el agua del río Ebro que les recuerdo que nace en Reinosa, que ahí queda, es el principal aporte de agua potable para consumo humano de la Junta de Aguas de Tudela. No hace falta decir la gran cantidad de aportes de distintos orígenes y vertidos que tiene para cuando alcanza la ribera de Navarra por lo que en determinadas ocasiones en el río puede detectarse la presencia de algún contaminante, teniendo que disponer de orígenes alternativos de agua en estos casos.

Con ello quiero decir, que aunque los tratamientos de depuración que se le dan al agua de origen superficial, en el caso de Tudela a la del Ebro, son desde luego exquisitos y los necesarios en función de la calidad del recurso, que de eso nos hemos preocupado siempre en la Junta de Aguas de Tudela con grandes profesionales y equipos de control dicho sea de paso, nunca se va a conseguir la calidad que de por sí tiene el agua en la naturaleza, ni aún con los sistemas de purificación y control más exigentes, y eso lo saben bien los que les toca beber agua desalada, si la han probado. Ello es evidente pues, incluso, en el sabor del agua, es decir sus características organolépticas, que obviamente difieren.

Como ejemplo diré que esto ya lo saben también en Aragón, y se puede consultar a nuestros vecinos de Zaragoza con un origen de agua parecido al nuestro, si notaron diferencia o no en calidad cuando les introdujeron en el año 2008, al sistema de abastecimiento, agua procedente del Embalse de la Loteta, a escasos pasos de Tudela, y que conduce el agua desde Yesa, una vez más zona de cabecera de río.

En la zona sur de Navarra teníamos el convencimiento de que en algún momento mejoraría la calidad del agua además de la cantidad, de forma que tuviésemos también acceso a un agua de mayor calidad en origen, como es la del Canal, al igual que en otras zonas, por no hablar del tema agrícola al que no me referiré por estar centrado en el agua de boca.

La normativa al respecto lo que indica es que, sin perjuicio de lo que disponga la autoridad sanitaria en cada caso, el agua destinada a la producción de agua de consumo humano podrá proceder de cualquier origen, siempre que no entrañe un riesgo para la salud de la población abastecida. Añade que la dotación de agua deberá ser suficiente para las necesidades higiénico-sanitarias de la población y el desarrollo de la actividad de la zona de abastecimiento y que como objetivo mínimo debería tener 100 litros por habitante y día. Así están las cosas.

Lógicamente si esto se quiere hacer bien conlleva el utilizar un recurso de la mejor calidad posible, disponer de un caudal suficiente, garantizar la calidad del agua en todo el sistema por todos los medios posibles, efectuar permanentemente la desinfección del agua en la red de abastecimiento, actuar rápida y diligentemente ante incidencias y vigilar y controlar su calidad y cantidad. Ello lo sabemos bien, o lo deberían saber, los que hemos sido o son responsables de su gestión.

Por ello quiero aportar esta visión al debate abierto, que es la de los consumidores del agua de Ribera, que creo que si no prospera el proyecto iniciado en su día se van a considerar discriminados no solo en cantidad si no en calidad del agua, lo que a todas luces es injusto. Por ello convendrán conmigo en que es necesario que en la zona de la ribera, con gran número de población, disfrutemos de un agua de la mejor calidad posible y además similar a la de otras zonas de Navarra, sin entrar en otras consideraciones, nos lo merecemos y así lo demando.

Ricardo López

Ex vicepresidente de la Junta de Aguas de Tudela