Opinión

Secuelas electorales

Para Arriola, el gurú del PP, "Podemos es un movimiento pasajero, liderado por un friki". Para otros la culpa la tienen las "teles", que han dado a Pablo Iglesias demasiada cancha, pensando que el que sale más en la tele, se lleva a la gente de calle. No valoran el discurso que cada uno utiliza, ni su solidez argumental. Felipe González lo tildó de bolivariano, y Eduardo Inda de pro etarra.

Estas reacciones a bote pronto, indican cierto desconcierto, la irrupción de Podemos ha sido la sorpresa electoral.

La utilización de la lógica en el debate político deja bastante que desear, afirmaciones poco matizadas sólo son útiles, para los ya convencidos. Se recurre a descalificar ad hóminem al adversario.

"A Podemos, como a Trosky, le ocurre que tiene una visión administrativa y leguleya de la realidad... no analizando correctamente la situación...  Podemos no son sólo un problema para la izquierda"

 

 

No se enteran que "Podemos" ha arrollado porque en su discurso se han sentido representados más de un millón de ciudadanos, que para muchos han representado la voz de los desesperados; una voz limpia, de personas no corruptas / no contaminadas, que no se han cortado un pelo al dar palos a la llamada Casta. Estos son los culpables, de que el peso de la salida de la crisis recaiga sobre los más débiles, los despedidos, los desahuciados, los preferentitas engañados.

Poco importa que el discurso de Podemos peque de irrealidad. El modo de presentar su programa es muy sencillo y eficaz: fija su atención en aspectos puramente formales de determinadas leyes o acuerdos, que enumeran meras declaraciones de buenas intenciones o derechos genéricos. Las constituciones de todos los países, como las declaraciones de organismos internacionales, suelen estar trufadas de buenas intenciones y declaraciones genéricas de derechos. Podemos, saca de allí un "derecho", y propone medidas concretas para materializar ese derecho ante todos sus votantes: sueldo de 600 € universal, jubilación a los 60, 35 horas, los cuantifica y seguidamente, dicen de dónde sacarían ellos el dinero: no pagando la deuda, subiendo el IRPF, luchando contra el fraude, etc.

Con un discurso claro, aparentemente racional, presentan sus propuestas con apariencia de verosimilitud, de manera eficaz, porque ¡si no llegan a materializase! es por la pérfida Casta.

El lenguaje es amable, pero el mensaje demagógico y viejo, sabemos que cualquier propuesta económica no está aislada, afecte a naciones, familias o individuos, sino relacionada: si subimos mucho los impuestos se reduce la recaudación,  producirá deslocalización de particulares y empresas. Lo vimos en Cuba, Rusia, materializaciones históricas, que produjeron desigualdad, paralización económica y pobreza, salvo para las nuevas castas.

Viene al caso recordar lo que Lenin pensaba de Trosky, cuando le acusaba de tener una visión administrativa y leguleya de la realidad, fijándose en exceso en los aspectos formales, no analizando correctamente la situación, y proponiendo soluciones poco realistas, algo parecido le ocurre a Podemos.

La actual lucha por liderar el republicanismo, tiene que ver con la aparición de Podemos. Pero ¡harían bien los instalados en no despreciar el aviso Podemos!, deben quitarse la ceguera, la sordera que padecen e implementar cambios regeneracionistas.

Podemos no son sólo un problema para la izquierda.

Ricardo Guelbenzu